Ourense
Abandono do rural, unha lacra
La ola de incendios que asola la provincia durante estos días es una de las más graves que se recuerda en los últimos tiempos, pero también una de las más atípicas. A diferencia de los múltiples focos habituales en los grandes incendios forestales, en esta ocasión una gran tormenta eléctrica que no trajo consigo lluvia y una sequía extrema en la vegetación fueron la combinación letal para una oleada de fuegos sin precedentes.
El bombero forestal, Cristóbal Medeiros, es integrante de la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (Brif) de Laza desde el año 2006. Como experto en la materia, indica que la diferencia reside “no seu nacemento”. “Un incendio intencionado ou por un descuido adoita orixinarse preto dunha estrada, dun acceso, dun camiño… pola contra, nunha tormenta, o incendio nace onde cae o raio”, indica. En el caso del fuego de la parroquia de Pradoalbar, en Vilariño de Conso, que afecta al Parque Natural do Invernadoiro, en el que la Brif Laza lleva días trabajando “orixinouse no punto máis inaccesible de toda a reserva”.
Medeiros apunta otra diferencia: la excepcional situación climática, con récords de temperaturas máximas y una sequía prolongada. “Nós chegamos ao monte e vemos todo máis seco ca nunca”, subraya.
ABANDONO SN IGUAL
Otro factor que Cristóbal subraya es el “escandaloso abandono” del medio rural desde que trabaja en estas brigadas. Esto es un factor importante, ya que “a actividade axuda a manter o monte en mellores condicións”. Ejemplifica este escenario de la siguiente manera: “Antes tamén había incendios, pero ían dar a unha leira de millo, ou de patacas e de aí non pasaba. As fincas servían coma un cortafuego natural que ahora non hai debido ao abandono. Esa é unha das razóns polas que hai lumes máis grandes ca antes”.
Este abandono también afecta a las labores de extinción, porque “non é o mesmo ter o lume de fronte e detrás unha finca labrada na que apoiarte, porque sabes que aí non corres risco, a unha situación coma no Invernadoiro, onde non hai camiños”. Esta situación es “moito máis difícil, porque aínda que poidamos baixar do helicóptero en calquera punto, precisamos dunha zona segura para que non nos rodee o lume”.
Cierto alivio al estar controlados ya dos de los focos de Oímbra
La situación de los incendios ourensanos continúa mejorando con el paso de los días. En la noche del viernes, los equipos de extinción conseguían controlar los focos de las parroquias de Videferre (a las 23,40 horas) y de San Cibrao (a la misma hora). Estos incendios se han llevado por delante 800 y 400 hectáreas respectivamente. El otro foco de Oímbra, el de la parroquia de Rabal, continúa estabilizado después de haber quemado 2.100 hectáreas.
En lo que respecta a los otros dos focos ourensanos, el más grande, el de Carballeda de Valdeorras, continúa catalogado como activo, aunque lleva días sin ampliarse la superficie afectada, que se mantiene en las 10.500 hectáreas, algunas de las cuales pertenecen al Parque Natural da Serra da Enciña da Lastra. El que sí ha crecido es el otro fuego activo, el de Pradoalbar, en Vilariño de Conso, que creció hasta las 5.800 hectáreas, muchas de ellas en el Parque Natural do Invernadoiro.
La situación mejora en Galicia
A nivel gallego, a las 21,05 del viernes se daba por controlado el incendio de la parroquia de Cereixedo, en el municipio lucense de Cervantes, tras haber quemado algo más de 65 hectáreas. Todos los focos en Lugo están controlados o estabilizados a excepción del más importante, el de Folgoso do Courel y A Pobra do Brollón, que entre sus múltiples focos -todos activos- han arrasado más de 11.000 hectáreas, cifra que asciende a más de 32.000, sumando todos los incendios gallegos. Como nota positiva, ya no queda ninguna situación 2 de emergencia activa en toda Galicia, ya que el fuego no pone en riesgo ningún núcleo de población.
