El río discurría por la tarde al 90% de su capacidad al abrir Iberdrola las compuertas de las presas

El Sil recupera su caudal tras una semana con el cauce seco por las obras de San Estevo

Imagen del Sil el pasado martes, sin apenas agua. (Foto: Miguel Ángel)
El río Sil recuperó ayer su caudal habitual en Nogueira de Ramuín tras una semana con el cauce seco por culpa de las obras de la central de San Estevo. Iberdrola liberó agua en todas los embalses que hay aguas arriba para llenar el río.
El impacto visual que presentaba en la última semana el río Sil, a su paso por Nogueira de Ramuín, desapareció a las ocho de la mañana de ayer. En los últimos ocho días apenas llevaba caudal, el río estaba prácticamente seco en un tramo de unos ocho kilómetros por culpa de las obras de construcción de una segunda central hidroeléctrica en el embalse de San Estevo, pero a las ocho de la mañana comenzó a recuperar caudal y por la tarde discurría hacia el río Miño al 90% de su capacidad, según fuentes de la Confederación Hidrográfica.

El cauce se llenó después de que la empresa Iberdrola, promotora de la construcción de la central hidroélectrica, liberase agua en todas las presas que tiene aguas arriba, donde estaba retenido el caudal para realizar los trabajos. ‘Para construir los cimientos de la central obligó a bajar el nivel del agua. No había otra forma de ejecutar el proyecto’, afirmaron fuentes de Iberdrola.

La falta de agua en el río generó críticas de los ecologistas del colectivo Adega y del senador del BNG, Xosé Manuel Pérez Bouza, que amenazó con llevar el proyecto a la Fiscalía si el río no se recuperaba antes del próximo lunes.

Ante las sucesivas críticas, la Confederación Hidrográfica y la citada empresa alegaban que el estiaje era temporal, dándose de plazo hasta ayer, jueves. Y de hecho cumplieron lo prometido, que no convenció a los ecologistas, quienes aseguran que estarán vigilando la zona porque, durante el tiempo que duren las obras, pueden volver a secar el cauce en cualquier momento.

Al lugar se desplazaron ayer varios técnicos de la Confederación para revisar el curso del río Sil ante la crecida. La inspección se prolongó durante toda la jornada y ‘no se detectó ninguna alteración en la fauna piscícola. No encontramos ni un splo pez muerto’, aseguraban en el organismo de cuenca.

A los trabajos se sumó un equipo de la empresa catalana que contrató Iberdrola para controlar la calidad del agua, su temperatura y oxigenación durante el tiempo que duró el estiaje.

Treinta mil metros cúbicos de hormigón


La construcción de la segunda central en la presa de San Estevo obliga a remover 219.951 metros cúbicos de tierra, según recoge la declaración de impacto medioambiental del Ministerio de Medio Ambiente.

Los escombros serán retirados para una antigua cantera de piedra, que tiene capacidad para almacenar 242.000 metros cúbicos. La explotación de granito, que está cerrada en la actualidad, está situada a escasos cuatro kilómetros del embalse de San Estevo.

El proyecto consta de toma de agua, galería de presión, cámara de compuertas, conducción forzada, central, caverna de trasformador, galería de cables, desagüe y accesos. Toda la obra requiere 29.572 metros cúbicos de hormigón.

La mayor parte de los trabajos afectan, según la declaración de impacto medioambiental, a un robledal que ‘no presenta ningún hábitat de interés comunitario’.

Entre la fauna que habita en el lugar predominan las águilas reales y murciélagos. En cuanto a la fauna piscícola, las especies más numerosas son las bogas, truchas, espinosos y bordillos.

El proyecto requiere realizar voladuras, dos al día, pero la empresa asegura que tomó todas las medidas al estar las compuertas de la presa cerca.

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