La lucha contra los esterotipos y la conciliación de la vida familiar constituyen sus principales problemas

Sólo un 2% de los conductores de transporte de mercancía en empresas gallegas son mujeres

Daniel Fernández, coordinador del estudio sociológico, con  las participantes en las jornadas. (Foto: Xesús Fariñas)
Sólo un 2% de los conductores de camión en Galicia son mujeres, según un estudio pionero realizado por sociólogos de la Universidad de A Coruña por iniciativa de la Asociación Apetamcor, que ayer se presentó en Ourense. La lucha contra los estereotipos y la conciliación da la vida laboral y familiar constituyen las principales trabas para el acceso de la mujer al sector. No obstante, el papel de la mujer sí es muy importante en otras tareas de las empresas de transporte, aunque en gran medida no está reconocido.
Los estereotipos son una de las principales trabas a las que se enfrentan las mujeres que deciden ser conductoras de camión. ‘Parece que non teñen importancia, pero si a teñen, e moita’, señaló Cristina Justo, integrante del equipo de sociólogos de la Universidad de A Coruña que elaboró el primer estudio sobre la incorporación laboral de la mujer al sector del transporte, por encargo de la Asociación Apetamcor de Ourense. ‘Durante moitos anos a ninguén lle parecía raro que houbese sectores fortemente masculinizados. Agora está cambiando, pero hai que superar moitos estereotipos’, indicó, comenzando por el carácter despectivo con el que muchas veces se utiliza la palabra ‘camionera’, y otros como los de que la mujer no sabe conducir, que tiene más accidentes o que es más incompetente en tareas de mecánica.

Pero lo cierto es que el sector continúa estando muy masculinizado, si bien las mujeres realizan un trabajo muy importante, pero invisible, a raíz de lo que refleja el estudio presentado ayer, en un encuentro con mujeres profesionales del sector que organizó la asociación ourensana. En concreto, el estudio (realizado mediante 394 entrevistas en empresas gallegas) muestra que sólo un 2% de los conductores de camiones son mujeres, frente a un 98% de hombres.

Sin embargo, las mujeres realizan una colaboración ‘invisible’, ya que hasta en un 70% de los casos son las esposas o parejas de los conductores las que realizan alguna función como la contabilidad, gestiones administrativas diversas (trámites bancarios, recibos o pago de multas), relaciones comerciales, atención telefónica o limpieza de los vehículos o garajes. Se trata de un trabajo no reconocido en tareas que, de otro modo, no se podrían permitir las empresas del sector (ya que la mayoría son de pequeño tamaño) por los gastos que supondría.

Conciliación

La mayoría de los hombres encuestados reconocen que son las mujeres las que cargan con el mantenimiento de la casa y el cuidado de los hijos y de otras personas dependientes mientras ellos trabajan. Y, de hecho, esto constituye otra traba para las mujeres que quieren acceder al sector como conductoras. Buena parte de los hombres encuestados para el estudio manifestaron que el trabajo había motivado que no durmiesen en su casa durante la última semana (en la mayoría de los casos durante cuatro noches seguidas) y que sólo conocen los viajes con un día o incluso unas horas de antelación. Pero cuando se les pregunta cuáles son sus preocupaciones, los varones no citan la conciliación familiar, que las participantes en la jornada sí señalaron como un problema funda mental. ‘Eles marchan sen preocupacións porque alguén queda na casa’, comentaban.

Rosa Rodríguez Conde: ‘Tenemos que demostrar el doble’

La ourensana Rosa Rodríguez Conde realiza rutas nacionales con un tráiler desde hace ocho años. Se incorporó al sector porque su marido también es transportista y el trabajo le gustaba. ‘Cuando saqué el carné de camión, mi madre se llevó un disgusto impresionante’, recordaba ayer. Además de habituarse a las muchas horas de soledad, su mayor preocupación fueron sus hijas, de 19 y 14 años, que han estado internas en colegios. ‘No puedes atender a la familia como quisieras’, apunta. De hecho, ‘al principio la pequeña me recriminaba que quería ‘una mamá normal’‘ pero ahora se siente muy orgullosa’, sostiene Rosa. El trabajo motiva que muchas veces se marche los domingos y pase toda la semana fuera y, además de estar pendiente del teléfono por las niñas, el fin de semana tiene que realizar las tareas del hogar.

La relación con sus compañeros de profesión es a veces complicada. ‘Tenemos que demostrar el doble. Si ellos cometen un error no pasa nada, pero si lo haces tú ya saltan: ‘Es que es mujer’. Y los comentarios son de todo tipo: ‘Desde el que dice que admira a la mujer porque no es un trabajo fácil, al que piensa que nos tendrían que hacer una cocina más grande para perdernos en ella’, señala, aunque también ha oído críticas de otras mujeres. Sin embargo, Rosa valora el apoyo que siempre le ha mostrado su marido. Para ella, el trabajo tiene muchas satisfacciones y pide que ‘a ver si se animan más mujeres’.






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