La borrasca “Aline” dejó el jueves 43 incidencias en la provincia de Ourense: carreteras anegadas, alcantarillas sobrepasadas y árboles caídos. También embarraron aún más la calle Celso Emilio Ferreiro de la ciudad, complicando las obras de acondicionamiento tras los destrozos de la tormenta del 28 de mayo al estallar una tubería. Además, las termas do Muíño quedaron completamente anegadas.
En la OU-636, que conecta Trives con A Rúa, se produjo un desprendimiento que obligó al servicio de conservación de carreteras a actuar con rapidez. Además, el tren de primera hora que une Ferrol y Madrid -pasando por Ourense- sufrió dos horas y media de retraso por la caída de un árbol a la altura de Betanzos.
En la ciudad se llegaron a acumular 41 litros por metro cuadrado. Más extrema fue la situación en Avión, donde cayeron 115 litros, o en Valdeorras, donde se registraron ráfagas de viento a más de 122 kilómetros por hora.
Tanto el jueves como ayer, había una gran afluencia de turistas que no pudieron acceder a parte del área termal porque estaba clausurada a consecuencia del temporal. Concretamente, las termas de O Muíño quedaron cubiertas y fueron muchos los que tuvieron que cambiar de ubicación. Ayer a última hora continuaban cerradas al paso del público: los operarios del servicio municipal del Concello tendrán que acudir a limpiarlas de la maleza para que su uso sea seguro.
También en la ciudad, en la calle Celso Emilio Ferreiro, el paso del temporal complicó el avance de las obras de reparación del firme. El agua provocó balsas en los socavones, dejando toda la superficie embarrada. Este es uno de los retrasos más que acumula la acometida que, en un principio, debía estar lista una semana después de que se produjese. Sin embargo, no ocurrió. De hecho, según los operarios, la obra -en un principio declarada de emergencia- podría prolongarse hasta abril.
