Terrazas en el ojo del huracán: “Así vamos a pagar justos por pecadores"

Convertidas en el epicentro de la nueva vida social tras la entrada en la fase 1 del plan de desescalada, las terrazas de hostelería están en el ojo del huracán después de que la falta de responsabilidad de una pequeña parte de hosteleros y clientes dejase imágenes de aglomeraciones y grupos sin la distancia necesaria en un momento en el que pese a la relajación de las medidas de confinamiento, el coronavirus sigue presente (mueren personas en Ourense prácticamente a diario y cada día hay nuevos casos de contagios) y es una amenaza para la salud, dejando claro las autoridades que, en caso de observarse pasos atrás en la lucha contra la enfermedad, se podrían volver a activar las restricciones a la actividad socioeconómica. "Vamos a pagar justos por pecadores, hay mucho caradura y luego la fama nos la llevamos todos. Hay que pensar en la población, no solo en el dinero. Hay miedo de que nos obliguen a cerrar, que incluso llegas a pensarlo por ti mismo si sigue así", asegura un hostelero de un establecimiento de la Praza Maior de Ourense, uno de los puntos de reunión más habituales, que desde el lunes reúne a decenas de personas ansiosas de juntarse con amigos y disfrutar como hacía tiempo que no podían. "El lunes por la tarde hubo mucho follón", señala el empresario, que ve con cierto temor lo que pueda suceder este fin de semana, cuando se prevé que vuelva el buen tiempo y los termómetros superen los 25 grados, pidiendo también a los clientes que actúen con responsabilidad, que los expertos ven clave para superar esta fase de la desescalada una vez que el confinamiento ya no es tan estricto. Condicionantes La situación ha puesto en alerta a todos los actores, desde las asociaciones de hosteleros de la provincia a los concellos y los cuerpos policiales, prometiendo un control más exhaustivo para evitar que las terrazas se conviertan en un peligro. "Estamos jugando con la vida de los ciudadanos, está muriendo mucha gente y tiene que haber respeto. Se han autorizado unas cosas y tienen que ser cumplidas. No podemos negar nada, la prueba no ha sido coronada con satisfacción y hay que dar un toque de atención a la hostelería, pero también a los ciudadanos, no puede volver a pasar", señala el presidente de la Federación Provincial de Hostelería, Ovidio Fernández Ojea, en alusión a las aglomeraciones vistas el pasado lunes, propietarios de negocios instalando más mesas de las permitidas o clientes agolpándose sin respetar las medidas de higiene y distancia social, un mensaje en la línea del mandado por la Unión de Hosteleros Ourensanos. "La apertura ha puesto en evidencia un comportamiento irresponsable de una minoría de hosteleros que ha decidido reabrir y perjudicar a todo el sector, hay que decirlo claramente y sin tapujos. De seguir así volverán a cerrar nuestros locales y un buen porcentaje de compañeros todavía cerrados dependemos del buen hacer de los que van abriendo", afirman desde el colectivo. La situación no ha pasado desapercibida para la administración. La Subdelegación del Gobierno anunciaba ayer un despliegue de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado "para vixiar que se cumpran as medidas", un mensaje en la línea del trasladado por la Federación Galega de Municipios y Provincias (Fegamp) a todos los concellos de la Comunidad, del que han tomado buena nota los alcaldes ourensanos. "La mayoría de los hosteleros está cumpliendo con la normativa, pero se sancionará, sin ningún tipo de duda, a quien no lo haga, tanto a clientes como responsables de establecimientos. La seguridad es la clave para avanzar y por cuatro irresponsables no vamos a tirar por tierra todo el sacrificio que ha hecho el pueblo", afirma el regidor de Carballiño, Francisco Fumega. En este municipio se producía uno de los incidentes más llamativos, con la Policía Local de la villa denunciando al propietario de la cafetería en cuya terraza estaba una persona ebria tirada en el suelo en torno a las 21,50 horas del primer día de apertura de los establecimientos de hostelería. Los agentes habían constatado previamente, sobre las 20,30 horas, la existencia de dos clientes en el interior del local, por cuyo motivo instaron al propietario a que los echase fuera. Posteriormente, se producía el incidente en la terraza, comprobando que era una de las dos personas que habían obligado a salir fuera momentos antes. En O Barco, Alfredo García, también se mostró tajante en este sentido: "El primer día abrieron una docena de locales y hubo algún problema. Avisados están todos los hosteleros, si no se cumple con las medidas la Policía intervendrá. Las normas hay que cumplirlas y los responsables de estos locales tienen una serie de obligaciones. No podemos volver atrás y la normativa hay que cumplirla a rajatabla. Ya tuve una reunión con ellos y pienso que no va a haber más problemas". Por su parte, en la ciudad de Ourense el cuerpo policial se ha puesto manos a la obra, con 27 inspecciones realizadas desde el lunes por causas como la colocación de más mesas, exceso de clientes o no guardar la distancia necesaria. En paralelo, en la capital provincial surgen propuestas como la del centro comercial Couto Centro, que planteará al Concello habilitar espacio para terrazas en las plazas de aparcamiento para aquellos locales sin posibilidad de montar terraza. "Se permitiría reanudar la actividad a muchos, habría más oferta y la demanda se repartiría, sería algo puntual, como se hace en las fiestas, por ejemplo", señala el presidente de los comerciantes del barrio de O Couto, Tito Taín. Problemas puntuales En Verín, el jefe de Seguridad, Manuel Alfonso, aseguró que, tras un estudio realizado en la villa se ha comprobado que la mayoría de los responsables de bares y restaurantes todavía no han abierto sus puertas, no obstante, los que sí lo han hecho "han puesto las medidas de seguridad oportunas para que los clientes cumplan con la separación" y también han dotado sus establecimientos de gel hidroalcóholico. "La mayoría cumple, pero ya no hablo aquí de hostelería, sino de comportamientos a nivel general en los que se ve que no se respeta la distancia social. Hablamos de los paseos, gente que queda... etc". El regidor local, Gerardo Seoane, matizó que "as mesas están ben postas e os hosteleiros o están facendo ben". Sin embargo, añadió, "hai algún elemento que non respeta nin respetará. A policía fará o que poda neste senso. Hai que apelar á responsabilidade, porque o medo parece que moita xente o perdeu". En Celanova, el regidor local, Antonio Puga, asegura que no se han producido incidencias en las terrazas de la villa. No obstante, desde el Concello repartirán, por escrito, una serie de recomendaciones para cumplir con la normativa. Se pretende que los clientes mantengan las distancias en las mesas y, del mismo modo, que lleven puestas las mascarillas de protección. En Ribadavia, César Fernández explicó que, en todo el municipio, tan sólo han abierto sus puertas unos siete locales. "Os hostaleiros están agardando a que as condicións sexan máis favorables e veña mellor tempo", dijo. Por su parte, Allariz tan sólo ha abierto unas cinco terrazas entre más de medio centenar. El teniente de alcalde, Bernardo Varela, reconoce que la Policía Local "tivo que dar algún toque de atención, pero nada fóra do normal". En este caso, en algún momento se alertó a hosteleros y en otros a los propios clientes. Además se tuvieron que redefinir algunos espacios para cumplir con la normativa de la separación en terrazas y permitir el tránsito normal de los viandantes. En Trives se espera que este fin de semana abran más establecimientos hosteleros ya que, hasta el momento, tan sólo un local ha abierto sus puertas, detalla la alcaldesa, Patricia Domínguez. Allí están sin los sobresaltos que en otros puntos de la provincia sí amenazan con poner piedras en el camino para poder recuperar cuanto antes la normalidad.