Cabezas supo del cambio de planos pero dijo a la Xunta que estaba legal

El TSXG decidió anular el Plan en abril pese a que Santalices sólo pedía otra exposición

El Tribunal Supremo admitió a trámite los recursos de casación interpuestos contra siete sentencias anulatorias del PXOM por la ausencia de un informe de telecomunicaciones, pero la de Óscar Santalices es diferente. En este caso, el denunciante aportó cambios irregulares en la planimetría, una cuestión demasiado grave para ser subsanable, como reconoce el TSXG.
‘La discrepancia entre los planos expuestos y los que figuran en el expediente aprobados inicialmente lo que significa es que lo aprobado no fue sometido a información pública y este es un vicio que no puede subsanar la falta de reclamaciones o que determinados propietarios resultasen beneficiados por mayores posibilidades de edificación pues la información pública atiende a intereses generales, no a los particulares de unos propietarios. Por ello, esta alegación de la parte actora (el recurso contencioso de Óscar Santalices) tiene que ser acogida, lo que hace innecesario examinar la que se refiere a la necesidad de una nueva información pública (tras la aprobación inicial), ya que no se realizó en debida forma la que necesariamente tenía que haberle prece dido (antes de esa aprobación)’.

Así de contundente se mostraba el Tribunal Superior de Xustiza en la sentencia que, sobre la demanda de Santalices, echaba abajo la totalidad del Plan de Urbanismo aprobado por el ex alcalde Manuel Cabezas en 2003. La imposibilidad de subsanar el ‘cambiazo’ de la planimetría modificada entre la exposición pública y la aprobación inicial es lo que hace pensar al Concello que cualquier recurso de casación interpuesto para ganar tiempo y redactar un nuevo Plan es inútil.

Es que Santalices aportó al menos cuatro casos en los que la planimetría cambió radicalmente entre un trámite y otro, y siempre para dar mayor edificabilidad a los promotores de las áreas de reparto implicadas.

Y lo que es peor, cuando el entonces jefe del servicio de Planeamiento del Concello, Cándi do Ortells, advirtió de la demanda del empresario, fue obviado por el regidor Cabezas, que poco antes de aprobar definitivamente el Plan, comunica ba a la Xunta que se atenía totalmente a la legalidad.

Fue así como se aprobaron cambios sustanciales en zonas como diversas torres en A Ponte (Basilio Alvarez, Tinteiro, Ribeiriño), donde en la exposición pública aparecía como suelo no consolidado y con 12 plantas como máximo, y en la aprobación inicial y definitiva, figuraba ya como suelo consolidado (exento de cesiones) y edificios de 19 alturas.

O el caso de la esquina de Marcelo Macías-Progreso, donde lo que estaba expuesto era una manzana de edificios de siete y cuatro plantas como máximo, y lo aprobado amplía el ámbito de ejecución y edificios de 10 alturas.

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