El Centro Tecnolóxico da Carne de Ourense participó en su investigación, por encargo de empresas del sector

La UE rechaza el “pegamento' de la carne al creer que induce a error

Laboratorios del Centro Tecnolóxico da Carne en Ourense. (Foto: Miguel Angel)
El pleno del Parlamento Europeo decidió ayer rechazar la autorización de la trombina -una enzima natural, procedente de animales, que se forma como en el proceso de coagulación sanguínea- para sellar trozos de carne y ofrecerlos en una sola pieza. El rechazo no se debe a motivos sanitarios, sino de consumo, ya que los parlamentarios consideran que esta iniciativa puede llevar al engaño al consumidor y hacerle creer que adquiere un filete, cuando está comprando trozos aglomerados.
El Centro Tecnolóxico da Carne, ubicado en el Parque Tecnolóxico de Ourense, ha realizado investigaciones en este sentido, por encargo de empresas del sector que estudian estas opciones de comercialización. El objetivo sería poner en valor trozos de carne sobrantes de procesos de despiece, que hasta ahora no se utilizan. Esta sustancia permitiría unir los fragmentos en una nueva presentación, con apariencia de un filete. Los investigadores del Centro Tecnolóxico da Carne realizaron este estudio con dos sustancias, en diferentes cantidades y tiempos de elaboración, para comprobar su adhesión, textura o cualidades sensoriales.
Estas sustancias, popularmente conocidas como 'pegamento' de la carne, no han superado los requisitos de consumo, a pesar de que los proyectos para su comercialización establecían que se especificase el sistema de procedencia en el etiquetado. Los parlamentarios consideran que la presentación puede inducir a error al consumidor, porque ofrece distintas piezas de carne como un único producto cárnico.
'Los consumidores europeos deben estar seguros de que compran un verdadero filete o una loncha de jamón y no trozos de carne pegados', manifestó el presidente de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, el socialista alemán Jo Leinen.
Los parlamentarios también sostienen que, aunque la trombina es segura, en los productos manipulados con esta sustancia podría aumentar el riesgo de infección por bacterias patógenas.

Norma común

El debate en el seno de los organismos europeos sobre esta sustancia se debe a la necesidad de homogeneizar su utilización, puesto que en algunos países ha sido declarada segura y ya se utiliza en productos comercializados (como ocurre en Alemania o los Países Bajos con las albóndigas o barritas de pollo). Así, en la actualidad los países pueden emplearla a escala nacional en el proceso de fabricación, aunque no se percibe en el producto final, por lo que la UE pretendía establecer una normativa común.
En un debate inicial, la Comisión Europea admitió esta sustancia siempre que se especificase su uso en la etiqueta y se prohibiese en restaurantes. No obstante, los eurodiputados la tumbaron con 370 votos a favor, 262 en contra y 32 abstenciones. De este modo, el proyecto no podrá salir adelante, ya que necesitaba ser aprobado conjuntamente por el Parlamento y el Consejo de Ministros de la Unión Europea.

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