"Es una locura". Así se define a pie de calle el Satisfyer, que copa conversaciones en las que unas agradecen cómo ha quitado tabús, otras lo piropean –"es lo mejor"– y otras piden más información: "¿Qué es eso?"
Ourense no se queda al margen del bum de los succionadores de clítoris, una moda que ha puesto sobre la mesa la masturbación femenina y que convirtió al Satisfyer –la marca más conocida– en el regalo estrella de las pasadas Navidades. Pero la demanda sigue en alza, mientras desde las tiendas ourensanas –y de todo el país– tienen que buscar nuevo stock en Alemania u Holanda. "Es un fenómeno sin precedentes, una locura", apunta Camila Rodríguez, propietaria de la tienda erótica Travexuras, el único establecimiento de este tipo de la ciudad. "Lo he vendido para chicas jóvenes, pero también para abuelas, vienen mujeres de todas las edades... Me lo compraron unos alumnos para su profesora, maridos para sus mujeres, para cenas de empresa. Aquí ha entrado gente que nunca se había planteado entrar en una tienda de este tipo", relata Rodríguez.
La joya de la corona
Aunque los succionadores de clítoris se popularizaron hace meses, llevan en el mercado varios años. "El primero lo hizo la empresa Womanizer, pero no se comió un colín. Luego llegó Satisfyer y decidió regalárselo a todo tipo de youtubers e instagramers para que hablasen de él. Y ahí llegó el bum, cuando todas lo empiezan a recomendar y lo dan a conocer", apunta Camila Rodríguez.
Pese a su nombre, este juguete sexual no succiona el clítoris, sino que proporciona placer a través de ondas de presión –la velocidad de las mismas se puede escoger entre una variedad de 11 intensidades–. "Es genial, la verdad, lo mejor", asegura una usuaria.
A pie de calle
Hace días se hizo viral la fotografía de una joven que cargaba su Satisfyer en una biblioteca, y los comentarios no se hicieron esperar. Para muchos ourensanos, la demostración de que la masturbación femenina debe tratarse con normalidad. "Este aparato ha permitido visibilizar el placer femenino y quitar tabús, es un tema bastante estigmatizado entre las mujeres, y todavía sigue siéndolo", opina Andrea Fernández, de 21 años. "Por fin se democratizou a masturbación, xa non é só cousa deles", defiende una ourensana de 30 años. "Miña nai e as súas amigas comprárono todas, e son capaces de dicilo e de compartir impresións, xa era hora de poder falar diso con normalidade!", añade. "Algo muy importante es que el succionador rompe con el estereotipo del vibrador fálico al que estábamos acostumbradas, habla de una mujer empoderada e independiente", explica Camila Rodríguez.
También hay quien, en medio del maremágnum de los últimos meses, no se ha enterado. "¿Satisfyer? Ni idea, ¿qué es eso?", pregunta Eva, de 19 años. Sus amigas salen al rescate: "Tía, el succionador de clítoris. ¿No viste fotos estas navidades en Instagram? Si sale en todos lados". Eva se defiende: "Yo es que para el sexo soy más convencional, la verdad". Pero su amiga Valeria la corrige: "Pues no sabes lo que te pierdes. Todavía hay mucho desconocimiento sobre la sexualidad, y no hay nada más sano que disfrutar, sea a solas o en compañía".
Nerea Dapena, de 20 años, hace un apunte: "Está muy bien, pero tampoco hay que focalizar tu vida sexual solamente en él. Vamos, no sustituye a una pareja, tampoco nos volvamos locas". Otra joven, sin embargo, remarca: "Yo solo sé que una amiga tuvo un orgasmo en cuestión de segundos y sin embargo con su novio, con el que lleva varios años, no es capaz de llegar".
La opinión de ellos
Aunque el succionador no está pensado para hombres, se puede utilizar durante el acto sexual de tipo heterosexual para intensificar el placer de la mujer –y, como consecuencia, el de su pareja–.
"Yo lo utilizo con mi novia, y me parece genial, ella disfruta y yo también, me parece lo más normal", apunta un ourensano. "Si tuviese pareja y me propusiese utilizarlo, por supuesto, el placer es cosa de dos, y si ella disfruta, yo también lo hago", apunta Diego Castro, de 26 años.
