EN OURENSE

Los usuarios piden atención para el Parque de San Lázaro

Emblema de la ciudad, presenta un notable deterioro, con pintadas o zonas verdes descuidadas

Una parada del servicio municipal de bicicletas obsoleta preside una de las entradas al Parque de San Lázaro. Suciedad, maleza y hierba descuidada, baldosas rotas, o pintadas en el mobiliario urbano completan el listado de deterioro que sufre esta zona verde, uno de los principales puntos de encuentro de la ciudad. Los andamios y los aparejos de las obras colindantes no ayudan a conformar un paisaje de limpieza y cuidado.

"Está bastante descuidado, comparado con años anteriores. Recuerdo que el parque era verde, una zona limpia. El césped es lo que está más descuidado", comenta Aitana Caneiro, una joven ourensana que suele fijar San Lázaro como lugar de encuentro con sus amigos.

Sentada en un banco, al sol, espera por su hijo Maite Urosa. "Normalmente los bancos están sucios. La limpieza brilla por su ausencia", se queja esta madrileña afincada en Ourense. Comenta que tiene dos nietos y que suelen visitar juntos este parque. Encuentra peligrosas las "ramas" caídas de los árboles, que el pequeño de sus nietos, de 21 meses, "siempre intenta llevarse a la boca".

A su lado, se encuentra Luis Lamas. Nacido en Verín, pasó casi toda la vida en Copacabana (Brasil), a donde emigró para ganarse la vida. Ahora, jubilado, visita Ourense una vez al año. Reconoce que, en comparación con los parques de Brasil, el de San Lázaro, no está tan limpio pero sí es más seguro. "Allí hay delicuencia, se consumen drogas, y es peligroso. Pero aquí hay más tranquilidad", explica.

Luis Bastos tampoco es de Ourense, pero lleva un año trabajando en la ciudad. Suele relajarse en San Lázaro. "El parque me gusta más que otros, que la Alameda o el Posío. Es más céntrico", matiza este joven portugués.

Acumulación de basura

Los hosteleros de la zona, en cambio, se quejan de la basura que se acumula en el parque, que atrae a las palomas que poblan sus terrazas. "Deberían habilitar un comedero específico para que las palomas no rebuscasen en nuestras terrazas, como hicieron en el Posío", pide Miriam Cid, encargada del bar La Gramola. 

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