Un total de 64 grupos de animación, entre carrozas y comparsas, participaron en el desfile de Entroido de Barbadás, en el núcleo de A Valenzá. La iniciativa repartió 5.600 euros en premios, divididos en dos categorías enxebres y artísticas.
Asociaciones de vecinos, entidades culturales y juveniles y hasta colegios vivieron ayer el día grande del Entroido de Barbadás, que se realizó en el núcleo urbano de A Valenzá.
Alrededor de las cuatro de la tarde, cientos de personas se congregaban en el barrio para ocupar un lugar privilegiado en la Avenida de Celanova, por la que se desarrollaría el desfile de carnaval, en el que participaron un total de 64 grupos de animación, entre carrozas, comparsas y charangas.
Los participantes del desfile ocuparon por su parte su lugar en el camino de la bajada al campo de fútbol de Os Carrís, desde donde partiría la comitiva a las 17 horas, hasta llegar a la glorieta que conecta A Valenzá con la ciudad, a través de la avenida Marcelo Macías.
Tan variadas eran las comparsas que el desfile no dejó indiferente a nadie. Así, una carroza con 20 obreros en paro, principalmente albañiles, exigían una oportunidad para regresar a la vida laboral. Otro grupo escenificaba la matanza del porco más tradicional. Un grupo de doctores y enfermeras con pelo en pecho y de la Inseguridad Social, promovían operaciones rápidas con descuentos en funerales. Una comparsa de escolares hacía su primera expedición lunar al ritmo de samba. El tradicional matachín de Barbadás se paseaba con su cabeza de ganado en mano. Las sevillanas hacían sonar sus castañuelas, mientras un ejército de hormigas de Trancas y barrancas bailaban sin parar y un espontáneo, disfrazado de vaca, se infiltraba en el desfile con una pancarta que advertía: Non me toques as ubres que teño mala leite.
Al concluir el desfile, los miles de ourensanos presentes se dirigieron al escenario ubicado en la Avenida Celanova, esquina con la calle Tomás Rodríguez Punxín, donde tuvo lugar un espectáculo músico-teatral llamado Ellas, ellos y los otros, que fue animado con djs de música house y chillout, gogós y performances de acróbatas y equilibristas.
Minutos más tarde y para concluir la jornada se realizó la entrega de premios del desfile, que galardonó a las 10 comparsas y carrozas más artísticas y a las 10 más enxebres o de tipo popular. En total se repartieron 5.600 euros en premios (2.800 para cada categoría), siendo 400 euros el premio más alto y 150 el de menor cuantía.
Por su parte, la ciudad no se quedó atrás en las celebraciones pues el programa municipal incluyó talleres musicales, baile a cargo del grupo SuperT de Pontevedra, y ya por la noche, el tradicional concurso de disfraces individuales, en la Praza Maior, en el que se premiaron a las 50 mejores vestimentas con una invitación para la cena de despedida del Entroido.
Alrededor de las cuatro de la tarde, cientos de personas se congregaban en el barrio para ocupar un lugar privilegiado en la Avenida de Celanova, por la que se desarrollaría el desfile de carnaval, en el que participaron un total de 64 grupos de animación, entre carrozas, comparsas y charangas.
Los participantes del desfile ocuparon por su parte su lugar en el camino de la bajada al campo de fútbol de Os Carrís, desde donde partiría la comitiva a las 17 horas, hasta llegar a la glorieta que conecta A Valenzá con la ciudad, a través de la avenida Marcelo Macías.
Tan variadas eran las comparsas que el desfile no dejó indiferente a nadie. Así, una carroza con 20 obreros en paro, principalmente albañiles, exigían una oportunidad para regresar a la vida laboral. Otro grupo escenificaba la matanza del porco más tradicional. Un grupo de doctores y enfermeras con pelo en pecho y de la Inseguridad Social, promovían operaciones rápidas con descuentos en funerales. Una comparsa de escolares hacía su primera expedición lunar al ritmo de samba. El tradicional matachín de Barbadás se paseaba con su cabeza de ganado en mano. Las sevillanas hacían sonar sus castañuelas, mientras un ejército de hormigas de Trancas y barrancas bailaban sin parar y un espontáneo, disfrazado de vaca, se infiltraba en el desfile con una pancarta que advertía: Non me toques as ubres que teño mala leite.
Al concluir el desfile, los miles de ourensanos presentes se dirigieron al escenario ubicado en la Avenida Celanova, esquina con la calle Tomás Rodríguez Punxín, donde tuvo lugar un espectáculo músico-teatral llamado Ellas, ellos y los otros, que fue animado con djs de música house y chillout, gogós y performances de acróbatas y equilibristas.
Minutos más tarde y para concluir la jornada se realizó la entrega de premios del desfile, que galardonó a las 10 comparsas y carrozas más artísticas y a las 10 más enxebres o de tipo popular. En total se repartieron 5.600 euros en premios (2.800 para cada categoría), siendo 400 euros el premio más alto y 150 el de menor cuantía.
Por su parte, la ciudad no se quedó atrás en las celebraciones pues el programa municipal incluyó talleres musicales, baile a cargo del grupo SuperT de Pontevedra, y ya por la noche, el tradicional concurso de disfraces individuales, en la Praza Maior, en el que se premiaron a las 50 mejores vestimentas con una invitación para la cena de despedida del Entroido.
