Un vecino de Rairiz de Veiga fue detenido por la Guardia Civil después de que, presuntamente, amenazará con una navaja a un conductor del autobús municipal por no parar cuando estaba esperando en una parada. El conductor no paró siguiendo instrucciones del Concello, porque el presunto agresor se niega a pagar el viaje. Manuel V.V., de 63 años, ya fue arrestado hace un año por un navajazo al sargento de la Policía Local de Xinzo tras retirarle la moto al dar positivo en alcoholemia.
La Guardia Civil detuvo a Manuel V.V., de 63 años, con domicilio en Zapeaus (Rairiz de Veiga) después de que, presuntamente, intentara clavar una navaja, con una hoja de ocho centímetros, al conductor de un autobús municipal por no parar cuando estaba esperando en la parada para regresar a su domicilio.
El conductor no paró siguiendo instrucciónes del Concello, porque el presunto agresor pretende viajar gratis, se niega a pagar el recibo, dijo el conduc tor, Jaime Prieto, recalcando que le llevo parado infinidad de veces y nunca quiere pagar.
El conductor alertó al Concello de que Manuel V.V. siempre quería viajar gratis y me dieron instrucciones para que no lo dejara subir al coche, señaló.
El martes, como de costumbre, el presunto agresor esperaba el autobús municipal en la parada pero Jaime Prieto pasó de largo. Una vez concluido el viaje desde la capitalidad municipal al pueblo de Zapeaus, el conductor se fue a tomar algo al bar Minero y a los pocos minutos Manuel V.V. apareció en el local con una navaja en la mano y se abalanzó sobre el conductor para clavársela.
Los clientes y el dueño del bar lograron reducirlo y ponerlo en la calle al tiempo que alertaban a la Guardia Civil, que procedió a su detención y traslado al cuartel de Xinzo. Los agentes también le incautaron la navaja. Todo fue muy rápido. Entró con la navaja y, tras abalanzarse sobre el conductor, lo puse en la calle. No llegó a herir a nadie, explicó el dueño del bar, Miguel Rodríguez.
El sexagenario ya fue detenido a mediados de octubre del año pasado por un navajazo en un brazo al sargento de la Policía local de Xinzo después de que éste le retirara la moto que conducía por una calle de la villa al no llevar casco y dar positivo en la alcoholemia.
La agresión se produjo en la misma oficina de los agentes cuando el hombre acudió a recoger la moto y el sargento le advirtió de que se la entregaba, pero con la condición de que se pusiera el casco. Entonces sacó la navaja del bolsillo y se la clavó en un brazo cuando el agente intentaba esquivar el golpe.
El conductor no paró siguiendo instrucciónes del Concello, porque el presunto agresor pretende viajar gratis, se niega a pagar el recibo, dijo el conduc tor, Jaime Prieto, recalcando que le llevo parado infinidad de veces y nunca quiere pagar.
El conductor alertó al Concello de que Manuel V.V. siempre quería viajar gratis y me dieron instrucciones para que no lo dejara subir al coche, señaló.
El martes, como de costumbre, el presunto agresor esperaba el autobús municipal en la parada pero Jaime Prieto pasó de largo. Una vez concluido el viaje desde la capitalidad municipal al pueblo de Zapeaus, el conductor se fue a tomar algo al bar Minero y a los pocos minutos Manuel V.V. apareció en el local con una navaja en la mano y se abalanzó sobre el conductor para clavársela.
Los clientes y el dueño del bar lograron reducirlo y ponerlo en la calle al tiempo que alertaban a la Guardia Civil, que procedió a su detención y traslado al cuartel de Xinzo. Los agentes también le incautaron la navaja. Todo fue muy rápido. Entró con la navaja y, tras abalanzarse sobre el conductor, lo puse en la calle. No llegó a herir a nadie, explicó el dueño del bar, Miguel Rodríguez.
El sexagenario ya fue detenido a mediados de octubre del año pasado por un navajazo en un brazo al sargento de la Policía local de Xinzo después de que éste le retirara la moto que conducía por una calle de la villa al no llevar casco y dar positivo en la alcoholemia.
La agresión se produjo en la misma oficina de los agentes cuando el hombre acudió a recoger la moto y el sargento le advirtió de que se la entregaba, pero con la condición de que se pusiera el casco. Entonces sacó la navaja del bolsillo y se la clavó en un brazo cuando el agente intentaba esquivar el golpe.
