Los vecinos de Ourense insisten: “Los jabalíes no se marchan”

Los vecinos de la rúa do Teixo, en el barrio de A Carballeira, conviven con cerdos salvajes desde hace tres años. Los animales llegan a menudo hasta la puerta de sus casas en busca de comida: “Vivimos intranquilos, pedimos ayuda pero nadie nos hace caso”.

En la rúa do Teixo, en pleno barrio de A Carballeira de la ciudad, los jabalíes campan a sus anchas desde hace tres años. Los vecinos ya se han acostumbrado a toparse con los animales en la carretera, de paseo o, incluso, en la puerta de sus casas. “Es como si estuviesen empadronados aquí, llegaron y no se van”, comenta Rodrigo Cabada, uno de los inquilinos afectados. 

Las viviendas están rodeadas de un gran terreno, a menudo sin desbrozar, lo que facilitó, como en Covadonga, la instalación de los suidos en 2020. “En su momento pedimos ayuda a la Xunta, al Concello, al Seprona… Nadie nos hacía caso, porque era una finca privada, los animales no nos habían atacado y no podían hacer nada. Finalmente, fuimos los vecinos los que conseguimos contactar con los propietarios, y por fin, la limpiaron”, explica Cabada. El desbroce del terreno dejó a la vista la extensa familia de jabalíes: “Había unos 30, entre crías y adultos… fue una locura, no sabíamos que eran tantos. Salieron corriendo hacia todos lados. Al menos conseguimos que no criasen aquí”. 

Desde entonces los animales no han vuelto a asentarse en la zona, pero nunca dejaron de regresar. “Vienen en manada a buscar comida muy a menudo, están aquí y ya no se marchan”, recalca el vecino. De hecho, Cabada asegura que los cerdos salvajes ya ni siquiera se asustan del ruido de los coches ni de las familias: “Es un peligro, los niños van al colegio por las mañanas y se los pueden encontrar. En mi terreno entraron jabalíes varias veces y el perro se puso muy agresivo, menos mal que lo tenía atado, porque si no lo destrozan”. Peor suerte corrió el perro de uno de sus vecinos, al que llegaron a atacar en una ocasión. En la finca de Cabada, una cría se quedó enganchada en la portería en la que juegan sus hijos, y cuando se acercaron descubrieron que estaba todavía viva. 

Ante este panorama, los vecinos tienen claro que, hasta que las administraciones no busquen soluciones, la situación no cambiará. “Les propusimos que usasen jaulas, pero nadie nos hace caso”, apunta. En el caso de la manada asentada en Covadonga, Xunta y Concello trabajan de forma conjunta desde hace semanas para poner freno al avance de los animales, pero todavía no se ha colocado la primera jaula. 

La reclamación de soluciones a la invasión de jabalíes se suma a las viejas demandas de los vecinos de la rúa do Teixo, cuyas viviendas no están conectadas a la red de abastecimiento de agua municipal, ni a la de saneamiento, ni tampoco cuentan con servicio de recogida de basura. 

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