Un año más, el rosario y la procesión de las Antorchas abarrotaron la explanada del Santuario de Los Milagros, en Baños de Molgas. Era el punto álgido de la novena a la Virgen, a la que acuden miles de personas en peregrinación

Las velas iluminaron Los Milagros

Un grupo de fieles alza los cirios durante la celebración nocturna frente al templo de Los Milagros. (Foto: JOSÉ PAZ)
Fieles de toda la provincia y de otras partes de Galicia, muchos llegados a pie durante todo el día, iluminaron con velas uno de los actos más simbólicos y multitudinarios de la fiesta de Los Milagros.
Fue, un año más, la procesión y rosario de las Antorchas, que colapsó todo el Santuario de Baños de Molgas al filo de la medianoche. El patio central de la explanada, que presume de ser el atrio mayor de Galicia, sirvió a los peregrinos para invocar a la Virgen al tiempo que rezaban con fervor el rosario. El obispo de la Diócesis de Ourense, Leonardo Lemos, presidió el acto, que culminó una jornada de oración que el prelado impulsó por la paz en Siria, en Oriente Medio y en todo el mundo.La procesión de las Antorchas es, con la peregrinación a pie de miles de personas cada año hasta el Santuario, uno de los actos más simbólicos de la novena de Los Milagros y nunca defrauda las expectativas.

Volvieron a ser miles las personas que se congregaron en la fresca madrugada de ayer alrededor del templo con velas encendidas para, al cobijo de su luz, seguir con devoción el rezo del rosario. Allí estaban desplazados desde los cuatro puntos cardinales de la provincia, pero también de otras partes de Galicia y hasta de Portugal. Todos ellos, con sus rogativas en voz baja, unos, y hacia muy dentro, otros, imploraron los favores de la virgen, coronada en 1964, y cuya devoción traspasa las fronteras galaicas.

El multitudinario acto ya estuvo precedido de toda una semana de actos religiosos que concitaronn un gran fervor religioso. Y sirvió de antesala a la festividad de Nuestra Señora de Los Milagros, en la que, pese a que el capítulo religioso cobra un protagonismo especial, también hay hueco para la fiesta 'extra muros'. Porque allí hacen su agosto desde antes del inicio de la novena puestos de churros y rosquillas, pulpeiros y tiendas de golosinas y regalos, al amparo de un Santuario abarrotado.

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