La vía ferroviaria cuenta con plan de mantenimiento preventivo

Línea de Ourense a Santiago (al fondo) y AVE discurren en paralelo al cruzar el río Ulla. (ARCHIVO)
photo_camera Línea de Ourense a Santiago (al fondo) y AVE discurren en paralelo al cruzar el río Ulla. (ARCHIVO)

La UTE formada por las empresas Ferrovial, Copasa, Cosfesa y Comsa se ocupa de esa línea

El descarrilamiento del tren que venía de vacío desde la planta de Sogama a la terminal de Taboadela (Ourense) es el tercer incidente que sufre este tramo de 130 kilómetros en menos de tres meses. El primero fue un incendio en el automotor que cubría el servicio Ourense-Santiago, en la tarde del 6 de noviembre. El siguiente, fue un descarrilamiento a la altura de Ponte Taboada el miércoles de la semana pasada, 18 de enero, cuando otro automotor que realizaba el servicio inverso, entre Santiago y Ourense, se encontró con un desprendimiento de tierra y rocas en la vía, situación muy similar a la que se enfrentó el mercancías en esta ocasión. Una unión temporal de empresas integrada por Ferrovial, Comsa y las ourensanas Copasa y Cosfesa se ocupa tanto de su mantenimiento preventivo como correctivo, en el marco de un contrato de 24 meses adjudicado en junio de 2021 por Adif y que engloba este trazado dentro de un lote que comprende todas las líneas de ancho ibérico y métrico de la zona Noroeste, con centro de operaciones en Ourense, a partir de un plan diseñado por los técnicos de Adif y que sirvió de base para la licitación del contrato.

El tren de borrascas y copiosas lluvias sufridas a lo largo de las primeras semanas de este año parecen ser la causa de ambos accidentes. A punto de cumplir 65 años de servicio activo, el tramo Ourense-Santiago fue inaugurado en verano de 1958, destacaba frente a las que la precedieron por ser la única que estaba libre de pasos a nivel y contaba con curvas de radio mucho más amplio por ejemplo, que la línea del Miño o la que conecta Ourense con Monforte, León y Lugo. Construida con una plataforma dimensionada para doble vía, en túneles y viaductos, se estrenó con vía única y así se quedó. Tampoco su densidad de circulación de trenes fue nunca demasiado grande como para que se llegase a hacer necesario colocar la segunda vía, ni se contempló su electrificación. Si la circulación de trenes de viajeros era muy discreta, seis por sentido en sus mejores tiempos, la inauguración del tramo de alta velocidad redujo ese número, al desviar a la nueva infraestructura el rápido al País Vasco y el Talgo diurno a Madrid, que en 2012 se convertiría en un Alvia, procedentes de A Coruña. La pandemia suprimiría otro de los servicios diarios, el tren hotel a Madrid, y las dos circulaciones diarias por sentido Ourense-O Carballiño, que fueron recuperadas en las últimas semanas de 2022.

Un único tren de viajeros hace el recorrido completo desde Ourense a Santiago por sentido cada día y otros dos regionales, unen Ourense y O Carballiño. En rigor estos dos trenes deberían de ser catalogados como cercanías pero esa es una modalidad que Renfe no contempla en Galicia. El resto de las circulaciones son trenes mercantes, como el que descarriló la mañana de ayer, que se forma en Taboadela con los contenedores de los residuos sólidos urbanos de Ourense para ser transportados hasta la planta de Sogama en Cerceda y regresar de vacío al día siguiente. De lunes a viernes, circula por esa línea el tren que carga en el puerto de Marín veinte tolvas de cereales para la terminal de Coren en San Cibrao das Viñas, que se ha convertido en la principal línea mercante que tiene su origen y destino en la red ferroviaria gallega por el número de toneladas que mueve a lo largo del año, así como algunos trenes madereros. 

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