El confinamiento al que se han visto obligados a cumplir todos los españoles debido al coronavirus convierte en crucial el cuidado de la salud mental. Victoria Canosa es psicóloga en el Centro Médico Progeso y especialista de referencia del Centro Médico El Carmen, y da claves para gestionar con éxito este nuevo escenario.
¿Qué puede ocurrir en estos días de aislamiento?
Estos días se tiene que tener en cuenta esta salud psicológica, porque nos podemos sentir más limitados en nuestros movimientos y nos puede crear una clase de sensaciones como ansiedad o tensión, que podemos transmitir a las personas con las que convivimos. Los conflictos surgen y hay que intentar abogar por las dosis de paciencia, flexibilidad ante los desacuerdos e intentar no llevar las opiniones hasta el extremo. Es una situación, emocionalmente intensa para cualquiera, es necesario un punto de comprensión extra hacia los demás para sobrellevarla. El humor es importante no perderlo. No es por banalizar el tema, pero nos ofrece una válvula de escape.
¿Cómo se debe convivir con el temor?
El miedo es libre y surgen emociones intensas. La incertidumbre alimenta estas sensaciones que disparan los pensamientos negativos sbobre lo que puede pasar. Las personas que tienden a la preocupación o a la hipocondría tienen más momentos de tiranteces o de desconfianza hacia las otras personas. Tras unos días esto pasa, ahí es importante elegir bien las fuentes de información, acatar las recomendaciones y ser conscientes que podemos ser un foco de contagio. Hay que abogar por la responsabilidad personal de cada uno.
Somos seres sociales. ¿Cómo se puede trabajar con ello?
Es cierto, necesitamos de esa sociabilidad. Las personas que están solas pueden sentirse mucho más aisladas que el resto en esta situación. Lo bueno es que hoy en día podemos estar conectados casi de forma constante y nos va a ayudar mucho . El móvil o Internet va a permitir que podamos hablar con gente que queremos y dar la posibilidad de compartir miedos.
¿Cuál es el modo de plantearse la vida ahora?
Yo les planteo vivir día a día, no estar pensando en cuando acabe. Hay que intentar, a pesar de la ruptura con nuestra rutina que supone, crear una más o menos nueva.
¿Lo mismo con los niños?
Es un poco más complicado, pero hay que tirar de paciencia, comprensión e incluso flexibilidad en las normas. Igual que crea en nosotros angustia y malestar, a los niños les pasa lo mismo. Ellos lo llevarán igual que los adultos de su entorno, porque le transmitirán las sensaciones. Por el bien de la convivencia de la familia será bueno plantear una nueva organización, con un horario flexible que marca algunas tareas diarias. Es bueno disponer de un tiempo de estudio, otro para pasar tiempo juntos o para uno propio.
¿Qué podemos aprender de esto?
Ha despertado un punto de solidaridad que se está viendo. Ahí es donde tenemos que fijarnos para aplicarnos en el futuro a la hora de cuidarnos a nosotros y a los demás. Saldremos de esto gracias a una colectividad, porque todos dependenmos de todos.
