También aumentó en un 7,5% la cantidad de plazas, así como el tamaño medio de los establecimientos disponibles
La eclosión del fenómeno de las viviendas turísticas parece no tener techo, sobre todo en provincias, como Ourense, con un déficit en cuanto a plazas hoteleras, que sale a relucir en cada periodo de repunte turístico. Así, las viviendas de particulares dedicadas a estos fines siguen aumentando, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), su número aumentó en un 5% en el último año.
En concreto, el pasado agosto se registraron en toda la provincia un total de 669 de estas viviendas, mientras que en el mismo mes del año anterior la cifra fue 637. El crecimiento es todavía más pronunciado si se toma como referencia el pasado invierno, cuando la demanda turística es mucho más baja, y es que en febrero había 592 de estos establecimientos, un 13% menos que con la llegada del verano.
En cuanto al número de plazas disponibles en estos alojamientos, el último agosto se contabilizaron un total de 3.670, un 7,5% más que las 3.415 de un año atrás, y un 14% por encima de las registradas en febrero de este año (3.812).
Asimismo, la fisionomía de las viviendas turísticas también se modificó, y estas presentaron un ligero aumento en su capacidad para acoger a visitantes. En agosto, cada una de estas viviendas podía albergar de media a 5,49 huéspedes, una cifra que en febrero fue de 5,38 y en el verano de 2020 de 5,36.
Ourense es, pese al aumento registrado en los últimos doce meses, la provincia gallega con menos inmuebles dedicados a este uso, y los 669 con los que cuenta están muy por debajo de los 5.244 de A Coruña, los 5.800 de Pontevedra y los 1.789 de Lugo. Las otras tres provincias también vivieron una expansión de alojamientos desde el año pasado, lo que refuerza un sector que solo hace crecer.
