Dos de cada diez mujeres presentan problemas de salud mental desde que deciden ser madres, durante el embarazo o en el primer año de vida del bebé, situación que se agravó durante el confinamiento, ya que más de la mitad de gestantes sufrió ansiedad o depresión, según el Hospital Vall d'Hebron. Estas patologías, más allá del sufrimiento causado en las mujeres, pueden dificultar el establecimiento de un buen vínculo con sus bebés, de manera que la salud de los hijos también se puede ver afectada.
Para tratar estas patologías, el Hospital del Vall d'Hebron lleva a cabo un Programa de Salud Mental Perinatal que trabaja en el diagnóstico precoz de los trastornos para aplicar el mejor tratamiento.El centro hospitalario barcelonés advierte de que alrededor de un 75% de los problemas de salud mental durante el embarazo y el posparto no se diagnostican.
Según el Vall d'Hebron, el 20% de las mujeres sufren esos problemas desde que deciden ser madres y después de serlo, por causas biológicas - hormonas-, genéticas, psicológicas y sociales. La doctora Gemma Parramon, jefa de la sección de Psiquiatría de Vall d'Hebron, hace hincapié en que "el embarazo y la maternidad son momentos de cambios que suponen un estrés y un esfuerzo de la mujer para adaptarse a una situación nueva; y esta capacidad de adaptación puede fallar, por lo que sea, y allí nosotros podemos ayudar".
La doctora remarca que la maternidad añade un grado más al estigma que ya de por sí sufren las personas con problemas mentales: "Se sienten más juzgadas por su papel como madre y ese estigma hace que no pidan ayudas, para no ser tildadas de malas madres". Entre este 20% , la mayoría tienen problemas leves que se superan con terapia psicológica y solo el 4% sufre trastornos graves.
