El Servicio de Cambio Climático Copernicus, de la Comisión Europea ha anunciado los datos del estudio de la evolución del cambio climático, el cual indica que este pasado 2022 ha sido el quinto año más caluroso desde que se tienen registros. Por otro lado, el agujero de la capa de ozono continúa cerrándose a un buen ritmo, pudiendo llegar a cerrarse la mayor parte durante el 2040.
Together with @NOAA, we're releasing our annual assessments of global temperatures and highlighting the major climate trends of 2022 during a live media briefing. When: Jan. 12 at 11am ET (1600 UTC). https://t.co/aYRfKdNYCl pic.twitter.com/wNT8EB8Lu8
— NASA (@NASA) January 11, 2023
Durante muchos años, el uso de gases de efecto invernadero o gases CFC (clorofluorocarbonos) dañó gradualmente la capa de ozono, creando el fenómeno conocido como agujero de la capa de ozono, siendo esta zona un área en la que el espesor de la capa de ozono es más delgada, haciendo que las energías provenientes del sol accedan en mayor medida. La primera ocasión en la que se descubrió este suceso fue en la década de los 80, momento en el que se comenzó a estudiar debido al alto incremento de casos de cáncer.
Este hecho fue investigado por dos científicos, Mario Molina y Frank Sherwood Rowland, los cuales recibieron el premio nobel por sus descubrimientos, a pesar de no haber sido tomados en serio en primera instancia.
Según los datos más recientes de la Organización Meteorológica Mundial, el agujero de la capa de ozono se podría haber cerrado en gran parte de la tierra en 2040, llegando a cerrarse el Ártico en 2045 y la Antártida en 2060. Estos datos, que se recogen desde 1987, han mostrado una óptima evolución tras el cese de los aerosoles con gases CFC y su sustitución por los HFC (hidrofluorocarbonos). Sin embargo, estos gases que, ciertamente no dañan la capa de ozono, si que afectan negativamente al desarrollo del calentamiento global.
Tras el descubrimiento de los daños que podían causar los HFC al calentamiento global, estos comenzaron a ser legislados, lo que prevé que la disminución de su uso pueda suponer el descenso de la temperatura global de entre 0,3 y 0,5 grados.
Posibles medidas
Actualmente, ante el incremento de la temperatura y las cifras recogidas el pasado 2022, se han ido estudiando posibles medidas desesperadas para mantener el clima hasta que se recupere la atmósfera a un estado en el que pueda regular la temperatura de forma natural. La medida más nombrada y la que puede que se lleve a cabo es la inyección de aerosoles en la estratosfera, lo que supondría la inyección de aerosoles de dióxido de azufre en la estratosfera con el fin de regular la temperatura mediante el oscurecimiento de la capa.
Esta medida sería algo temporal, una medida utilizada para mantener a raya las radiaciones solares mientras la capa de ozono se regenera a un ritmo natural. Cuándo se comenzaron a utilizar los gases CFC se desconocían sus efectos nocivos, al igual que ocurrió con los gases HFC que los sustituyeron, ¿causará el dióxido de azufre, de ser usado, daños con el tiempo?
