En el primer volumen de sus 'Memorias' relata como, tras su inicial negativa, eligió a Mariano Rajoy

Aznar desvela que Rato fue su primera opción para sucederle

Rajoy y Aznar se saludan tras una de las reuniones de la Ejecutiva del PP en Madrid. (Foto: ARCHIVO)
El expresidente del Gobierno José María Aznar asegura en sus memorias que la decisión más difícil que ha tomado en su vida fue mantener su compromiso de no presentarse a un tercer mandato y señala que la elección de Mariano Rajoy como su sucesor fue por el interés de España. 'Memorias I' (Planeta), que se presentará el próximo 26 de noviembre en Madrid, es el primer volumen de las memorias de Aznar, en el que explica algunas de sus decisiones más controvertidas durante sus ocho años de Gobierno (1996-2004).
En un prólogo titulado 'Mi decisión más difícil', Aznar señala que fue la convicción de contribuir al fortalecimiento de las instituciones democráticas y de evitar la tentación de aferrarse al cargo lo que le llevó a no presentarse a las elecciones de 2004.

Aunque se especuló con nombres como Acebes, Zaplana o Gallardón para sucederle, Aznar siempre tuvo claro que la elección iba a ser entre Rajoy, Rato y Mayor Oreja. Revela que sólo una vez se planteó la posibilidad de proponer a alguien de la nueva generación -antes de las elecciones municipales y autonómicas de 2003- y que le informaron de que Rajoy y Rato habían llegado a un 'acuerdo' para que en el caso de que el elegido fuera uno de ellos aceptarlo, pero que si finalmente resultaba ser cualquiera de los más jóvenes 'intentarían cerrarle el paso'.


RELACIÓN CON RATO

Aznar dedica parte de este prólogo a su relación y posterior distanciamiento con Rato y así relata episodios de amistad entre ambos y cómo éste le pidió durante un viaje en las navidades de 2000 que reconsidera su decisión de no presentarse y después le planteó objeciones concretas a su candidatura para sucederle. Sin embargo, en el verano de 2003 Rato le anunció que había cambiado de opinión y que sí quería ser el candidato del PP a las elecciones previstas para marzo de 2004.

'Tu me has dicho dos veces que no'. Y él respondió: 'Pero ahora te digo que sí'. No le contesté nada. Sólo tomé nota', explica Aznar, quien añade que el día que les anunció que el sucesor sería Rajoy quiso tener un gesto de deferencia hacia Rato y éste le volvió a decir: 'Pues ahora hubiese querido'.

La designación de Rajoy obligó a Rato a reflexionar sobre su futuro y a rehacer sus planes, centrando todos sus esfuerzos en el FMI, un puesto para el que Aznar pidió ayuda para respaldar la candidatura de su amigo a Bush, Chirac, Blair y Gerhard Schroeder. Tras explicar que la relación con Mayor Oreja fue más fácil y que éste era consciente de que tenía menos posibilidades, Aznar ensalza las virtudes de Rajoy, aunque reconoce que es el menos amigo suyo, y es que en los años que han trabajado juntos ninguno ha descolgado el teléfono para decirle al otro 'vamos el sábado a cenar'.Sin embargo, esa falta de cercanía personal no afectaba en nada a la valoración de Aznar sobre su capacidad política, ya que su intención con la elección de Rajoy, según señala, era proporcionar al Gobierno 'cierta continuidad política, con tranquilidad y sin sobresaltos' y 'neutralizar el ataque de la izquierda y de los nacionalismos contra el entonces previsible tercer mandato del PP'.

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