Buenos Aires recupera su particular ‘Cinema Paradiso’

El argentino Fabián Pérez posa en el Cine Parque Xacobeo. (Foto: Leo la Valle)
Igual que Totó en ‘Cinema Paradiso’, el argentino Fabián Pérez pasó gran parte de su infancia en un cine de barrio que ahora, después de veinte años de cierre, él ha decidido reabrir para tratar de recuperar el espíritu que tuvo cuando, a mediados de siglo, lo llevaba un emigrante gallego.
En los años cuarenta, escapando de la inestabilidad política española, un gallego llamado Manolo -es lo único que se conoce de su identidademigró a Buenos Aires y se afincó, como otros muchos compatriotas, en el barrio porteño de Villa del Parque.

Fue allí donde este español adquirió en 1950 una sala llamada Cine Parque, con capacidad para 1.200 personas, que había sido construida en 1939 y que se convirtió rápidamente en un punto de encuentro para los residentes de esta zona de la capital argentina.

‘El cine era un emblema del barrio, la gente pasaba su vida en él, fue un testigo excepcional de los cambios que sufrió Argentina hasta finales de los ochenta’, aseguró Fabián Pérez, que ha impulsado la reapertura de la sala.

El gallego Manolo gestionó Cine Parque hasta finales de los años ochenta, cuando pasó a manos de un nuevo propietario que convirtió la mayor parte del local en unas galerías comerciales y redujo aquel clásico cine a un pequeño espacio de 150 butacas.

La nueva sala estuvo abierta apenas unos meses y después permaneció cerrada durante más de veinte años. Ahora, el próximo día 26 de este mes, volverá a funcionar gracias a la iniciativa de Pérez.

Este argentino de 45 años, cuyos abuelos conocían al gallego Manolo, se interesó en 2006 por aquel viejo cine de barrio que ‘tanta magia y emoción’ le habían dado en su infancia.

Tras descubrir que la sala había estado totalmente abandonada desde 1989, Pérez inició las gestiones para lograr su reapertura.

Después de solicitar sin éxito ayuda al Gobierno argentino y al de la ciudad de Buenos Aires, llamó a la puerta de la Xunta de Galicia, recurriendo a los orígenes gallegos de Manolo y de su propia familia.

La respuesta fue positiva y obtuvo una financiación de 7.000 euros del Departamento de Cultura de la Xunta en el marco del programa del año santo Xacobeo.

Con ese dinero, Pérez ha rehabilitado el cine, que estaba inundado, y ha adquirido la tecnología necesaria para las proyecciones.

La nueva sala, que pasará a llamarse Cine Parque Xacobeo y en cuya entrada ondearán una bandera española y otra gallega, buscando revivir la magia de aquel mítico cine de barrio, proyectará como entonces dos películas seguidas que irán precedidas por un noticiero.

La sala mostrará cine independiente europeo y español, especialmente aquellas películas y documentales que son aclamados en el viejo continente pero que difícilmente llegan a Argentina.

Pérez no descarta, asimismo, realizar algún ciclo con aquellos clásicos que le ‘alumbraron’ de pequeño, como los americanos ‘Ben-Hur’ (1959) y ‘La aventura de Poseidón’ (1972) o los argentinos ‘La sonrisa de mamᒠ(1972) y ‘Así es la vida’ (1977).

Este cinéfilo recuerda con nostalgia las incontables tardes que pasó durante su infancia en el Cine Parque, en las que llegaba a ver hasta tres películas seguidas y se fascinaba, por ejemplo, con la ‘magia’ de Buñuel y el ‘estilo’ de Cary Grant.

‘Mi padre me dejaba a las dos de la tarde en la puerta del cine y me recogía a las nueve’, sostiene el argentino, quien considera que aquella vieja sala tenía una ‘magia especial’ y suponía una ‘emoción completa’.

Ese mismo sentimiento lo experimentaba también Totó en ‘Cinema Paradiso’ (1988), el film de Giuseppe Tornatore que retrata la Italia de la posguerra a través de la historia de un niño que se enamora del mundo del celuloide de la mano de un anciano que maneja el proyector del cine de un pequeño pueblo.

Pérez se muestra orgulloso de las similitudes entre ambas historias -la suya y la de Totóy aboga por ofrecer las mismas ‘ilusiones y sueños’ que aquella mítica sala italiana.

La reapertura del Cine Parque ha generado mucha expectativa en el barrio de Villa del Parque y en la ciudad de Buenos Aires, en la que siguen en pie escasos cines clásicos, que se convirtieron hace años en centros religiosos, supermercados o garajes.

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