Los expertos coinciden en destacar las grandes dificultades para desaparecer del ciberespacio

El 'derecho al olvido' es una misión imposible en internet

El 'derecho al olvido', a desaparecer del 'ciberespacio' o a borrar voluntariamente el rastro que uno ha dejado durante el tiempo que utiliza internet o las redes sociales comienza a abrirse camino y a ser reclamado por quienes han usado esas redes, pero puede resultar una misión prácticamente imposible. Los expertos consultados coinciden: internet se ha convertido en una herramienta de comunicación casi imprescindible para millones de personas, muy atractiva e interesante además porque los servicios que ofrecen son gratuitos, pero esa fácil accesibilidad se torna en compleja a la hora de elegir 'desaparecer' de la red.
Han insistido además en la importancia de ser extremadamente cuidadosos con las informaciones, los datos y las imágenes que se suministran, con el fin de proteger al máximo la privacidad de esos datos y de evitar su utilización para fines para los que no han sido autorizados.

Los ejemplos a los que se refieren son claros: el vídeo que un joven 'cuelga' con veinte años bañándose desnudo en una playa de madrugada puede resultar divertido en su momento y para su entorno, pero ser comprometedor años después en un entorno laboral o familiar diferente. Durante los últimos años, se han sucedido los casos de personas que, tras alcanzar alguna cota de éxito y popularidad, se han visto 'traicionadas' por aquéllas imágenes que colgaron en la red.

Las empresas, en procesos de selección para ocupar un puesto, pueden en muchos casos a través de esas redes sociales conocer datos personales de los candidatos, algunos incluso íntimos como aficiones o tendencias políticas.


eliminación enrevesada

El investigador Gonzalo Álvarez Marañón, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha incidido en la importancia de diferenciar la 'desactivación' de una cuenta o perfil, algo 'relativamente' sencillo, de la 'eliminación' o borrado total de ese perfil, lo que a su juicio puede llegar a ser 'verdaderamente enrevesado'. Álvarez Marañón, experto en criptología y seguridad de la información en el Instituto de Física Aplicada del CSIC, ha observado que desactivar una cuenta no tiene 'el más mínimo impacto' y que normalmente se vuelve a activar en el momento que un usuario vuelve a introducir sus claves o contraseñas; pero en el caso de la 'eliminación' completa de un perfil, los pasos son más complejos.

Sin embargo, este investigador plantea algunas dudas sobre la conservación de las informaciones o fotos que estuvieron 'colgadas' y sobre si las empresas que gestionan las redes sociales pueden o no conservarlas, y si de hecho lo hacen.

Los datos sobre la utilización de internet son abrumadores, y como consecuencia de ello las quejas también se han disparado; muchas de ellas se canalizan a través de la Agencia Española de Protección de Datos, que ha observado que la mayoría se refieren a la difusión de información (normalmente fotografías) de personas sin su consentimiento. La última memoria de este organismo refleja que el pasado año el número de expedientes iniciados relacionados específicamente con servicios prestados por internet fue de 156.

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