Entre la Edad del Hierro y el Medievo

Un paisaje de la ruta que discurre por territorio luso.
photo_camera Un paisaje de la ruta que discurre por territorio luso.
Un tercio de la ruta en territorio luso, por el municipio de Montalegre, en esa sí raia seca, porque ningún curso fluvial la delimita; unas cuantas mutaciones sufriría a lo largo de los siglos hasta que en el tratado de 1864 se fijaron definitivamente las fronteras cuando las aldeas del Couto Misto dejaron de tener sus privilegios y los portugueses las cedieron a España a cambio de otras (Soutelinho, Lamadarcos, Cambedo, pueblos dichos promiscuos, por estar mezclados hispanos y lusos) en la frontera del valle de Monterrei. 

El Castelo de Portelo, en Sendim, y el Castro de a Boullosa son lo más interesante del recorrido y un paisaje que se reparte entre bosques y monte bajo. Una marcha en la que la única dificultad, y para eso fácilmente salvable, es la subida al castro. 

En la misma carretera de unión entre Baltar y Montalegre, en su punto medio, en una gasolinera donde antes las casetas de aduanas, taller de motos  y bar, tomaremos la salida que nos indica que debemos ascender hacia occidente por casi forestal pista, que a los pocos de cientos de metros andada presenta la opción, según el mapa, de desviarnos a izquierda para acceder a Sendim, que da nombre a la antes fronteriza aduana, dispersa aldea que vivió a la sombra del demolido castillo, de esos tantos que jalonaban la frontera allá por el Medievo.

Aquí ascendemos en dirección noroeste a emplazamiento rocoso más visible de esta sierra da Pena, cresta frontera donde asentado el castillo de Portelo con vistas al Couto Misto: Rubiás, Santiago y Meaus. Hay que echarle una cierta imaginación para suponer un castillo, pero si documentalmente probado; testigo son sus sillares, de los que se conservan en algún paño de murallas que fueron a parar a muchas casas, muros y predios. Este castillo con el de A Piconha, al sur de Tourem, formaba parte de un entramado en el que se incluía, entre otras torres-fortaleza o de vigilancia, la de Montalegre, Monforte do Rio Frio y Chaves, estas dos últimas cercanas a Feces.  

Descenderemos por un cortafuegos en dirección nordeste para adentrarnos, ya en forestal pista, en bosque de repoblación de pinos silvestres, y entre carballos de poco porte circunvalaremos el Castro por su flanco norte y sur hasta donde acaba la subida, y allí mismo, a derecha, un casi siempre cubierto sendero de brezos o uces y carqueixos nos llevará hasta la cima donde se conservan los derribos con acumulación de piedras de las tres líneas de murallas orientadas a occidente en este Crasto, también así dicho, o Outeiro do Demo, aunque a nadie por allí oí tal nombre. Castro cristianizado con una gran cruz pétrea, dominando el Val do Salas.  Descendidos, hacia el sur llaneamos por más de 1 km. conectando con carretera que nos lleva al lugar de donde salimos.

Te puede interesar