El Castelo de Portelo, en Sendim, y el Castro de a Boullosa son lo más interesante del recorrido y un paisaje que se reparte entre bosques y monte bajo. Una marcha en la que la única dificultad, y para eso fácilmente salvable, es la subida al castro.
En la misma carretera de unión entre Baltar y Montalegre, en su punto medio, en una gasolinera donde antes las casetas de aduanas, taller de motos y bar, tomaremos la salida que nos indica que debemos ascender hacia occidente por casi forestal pista, que a los pocos de cientos de metros andada presenta la opción, según el mapa, de desviarnos a izquierda para acceder a Sendim, que da nombre a la antes fronteriza aduana, dispersa aldea que vivió a la sombra del demolido castillo, de esos tantos que jalonaban la frontera allá por el Medievo.
Aquí ascendemos en dirección noroeste a emplazamiento rocoso más visible de esta sierra da Pena, cresta frontera donde asentado el castillo de Portelo con vistas al Couto Misto: Rubiás, Santiago y Meaus. Hay que echarle una cierta imaginación para suponer un castillo, pero si documentalmente probado; testigo son sus sillares, de los que se conservan en algún paño de murallas que fueron a parar a muchas casas, muros y predios. Este castillo con el de A Piconha, al sur de Tourem, formaba parte de un entramado en el que se incluía, entre otras torres-fortaleza o de vigilancia, la de Montalegre, Monforte do Rio Frio y Chaves, estas dos últimas cercanas a Feces.
Descenderemos por un cortafuegos en dirección nordeste para adentrarnos, ya en forestal pista, en bosque de repoblación de pinos silvestres, y entre carballos de poco porte circunvalaremos el Castro por su flanco norte y sur hasta donde acaba la subida, y allí mismo, a derecha, un casi siempre cubierto sendero de brezos o uces y carqueixos nos llevará hasta la cima donde se conservan los derribos con acumulación de piedras de las tres líneas de murallas orientadas a occidente en este Crasto, también así dicho, o Outeiro do Demo, aunque a nadie por allí oí tal nombre. Castro cristianizado con una gran cruz pétrea, dominando el Val do Salas. Descendidos, hacia el sur llaneamos por más de 1 km. conectando con carretera que nos lleva al lugar de donde salimos.