Salud

El insomnio crónico afecta al 15% de la población española

Lo convencional es dormir entre siete y nueve horas al día, indica un experto.
photo_camera Lo convencional es dormir entre siete y nueve horas al día, indica un experto (EFE).
La Alianza por el Sueño promueve el debate público sobre la necesidad de proteger el sueño

Siete millones de españoles sufren insomnio crónico y prolongado y casi seis millones toman cada noche pastillas para dormir, una epidemia silenciosa que ha ido al alza en el último siglo y ha supuesto de media la pérdida de dos horas de sueño diarias desde principios del siglo XX.

Esta foto es la que ha obligado a la ciencia a tomar las riendas. Sociedades médicas y científicas, profesionales sanitarios, investigadores, farmacéuticos, enfermeros y pacientes han constituido la Alianza por el Sueño, un grupo que nace con el objetivo de poner los trastornos del sueño en la agenda política y concienciar de que dormir es salud.

Lo cuenta el presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), Carlos Egea, que apuesta por “concienciar y divulgar que el sueño es salud” y no dormir bien acorta la esperanza de vida y favorece un envejecimiento no saludable.

Egea, que es jefe del servicio de Neumología y de la Unidad de Sueño de la OSI Araba, admite que no se conoce en cuánto reduce la esperanza de vida no dormir bien porque “depende del individuo” pero sí está constatado un aumento de las comorbilidades.

Factor de riesgo

De hecho, la falta de sueño afecta a la salud mental, a la cardiovascular, a las enfermedades metabólicas, aumenta la predisposición al Alzheimer y disminuye la inmunidad por lo que crece el riesgo de infecciones.

Lo convencional, dice este experto en sueño, es dormir entre 7 y 9 horas diarias pero en España el 60% de la población no llega a las siete horas diarias durante la semana laboral.

Egea explica que “el sueño no es como la grasa, el organismo no lo almacena, es día a día”. Por eso, dice, no sirve dormir el domingo ocho horas para que la noche del domingo al lunes se convierta en un ‘jet lag’.

Este experto también alerta sobre el uso de fármacos para conciliar el sueño como ansiolíticos, hipnóticos y benzatropina, y apuesta por ofrecer alternativas para que una vez que se inicia el camino de la medicación se pueda revertir con terapia y de no ser así, que se busquen fórmulas que no pasen por escalar a más dosis.

La Alianza por el Sueño tiene entre sus coordinadores a la jefa clínica de Neurofisiología y coordinadora de la Unidad del Sueño del hospital Vall d’Hebrón y hospital Quirón Salud de Barcelona, Odile Romero, que explica que el insomnio más frecuente es el psicofisiológico que se diagnostica en consulta.

Para este diagnóstico no hace falta ninguna prueba, el paciente dice que le cuesta conciliar el sueño y cómo el trastorno le provoca una mala calidad de la vigilia. Esto le pasa como mínimo tres veces a la semana y si dura más de tres meses, es crónico.

Cuidados

Según Odile Romero, los problemas de sueño afectan al 30-40% de la población española y el insomnio crónico y prolongado al 15%.

Aunque está considerado un trastorno de salud mental “no es una esquizofrenia” y se trata, dice, cuando afecta a la calidad de vida y por lo que puede suponer de comorbilidad.

“Si cuidamos la alimentación y el ejercicio físico, también debemos cuidar el sueño” señala esta experta que defiende como solución la terapia cognitiva-conductual ayudada por períodos cortos de tratamiento farmacológico.

La Alianza resume sus objetivos: observación e investigación, para producir evidencias científicas que ayuden a entender y combatir el insomnio. La misión del grupo es estimular un debate público sobre la necesidad de proteger el sueño y de definir tratamientos para el insomnio crónico en España.

Modificar horarios, también en la tele

Desde la Alianza por el Sueño, Carlos Egea, plantea medidas concretas que eviten, por ejemplo, el cambio horario que afecta el reloj biológico y lo desajusta, acostumbrado a ciertas horas de luz y oscuridad.

Además propone campañas de divulgación en los colegios que trasladen el mensaje de que dormir es saludable y ya en el ámbito laboral plantea legislar sobre el trabajo en turnos, para que se evalúe la idoneidad de la persona que lo realiza. También aboga por modificar los horarios televisivos ‘prime time’, es decir, los de máxima audiencia entre las 22:00 y las 24:00 horas y favorecer, con todo esto, medidas de higiene del sueño.

En cuanto a los perfiles, las personas más propensas suelen ser muy ordenadas y perfeccionistas en su trabajo. Aunque la edad incrementa la prevalencia del insomnio, no es exclusivo de la vejez. Más frecuente en mujeres, también abunda en la jubilación cuando la siesta es más frecuente y puede fragmentar el sueño durante la noche.

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