Rodrigo Cortés, Director de cine

'No me planteo una película empezando por el actor, sino por el interés de la historia'

Mañana se estrena en todo el país 'Luces rojas', la última película del director ourensano Rodrigo Cortés. No se atreve a decir que sea la mejor de las que ha dirigido hasta ahora pero sí de la que más satisfecho se encuentra. Aborda la historia de dos investigadores de fraudes paranormales, la veterana doctora Margaret Matheson (Sigourney Weaver) y su ayudante Tom Buckley (Cillian Murphy). Pero el protagonismo se lo lleva Simon Silver (Robert De Niro), legendario psíquico que reaparece después de treinta años de enigmática ausencia.
¿Estamos ante una temática muy americana, cree que funcionará bien en Europa?
Lo sabremos dentro de dos días, pero en realidad es cierto que la ubicación de la historia sólo es posible en los Estados Unidos. Si esto se planteara en Londres, en Francia o en España, no tendría mucho sentido, porque es una sociedad más descreída, con reacciones más lentas ante las cosas, menos enérgicas y menos ingenuas. De todas formas la universalidad de las historias no depende de su ubicación. Por ejemplo, el que consideramos nuestro director más internacional, Pedro Almodóvar, hace historias rabiosamente personales y radicalmente locales. Sin embargo, han sido las más exportables del cine español.

Nunca pienso en términos locales, sino en cuál es mi reacción ante un determinado fenómeno. Me gusta explorar las razones por las que algo te resulta fascinante. Pueden ser personajes, pueden ser historias, pueden ser lugares... Nunca sabes porqué reaccionas así ante determinados fenómenos. No piensas en términos de conveniencia, ni en términos especulativos. Tengo que estar completamente fascinado por un tema o una historia para lanzarme a ella.

La parte de denuncia me interesa menos porque la realidad es siempre muy cambiante. Mi intención es provocar al espectador y desafiarle a tomar partido.

No es verdad que todos me digan que sí, pero sí es cierto que hasta ahora he tenido la gran suerte de contar con grandes actores para los personajes que he dirigido. Los actores siempre han sido grandes protectores de los proyectos, porque a veces su sola presencia sirve para que los productores financien algunas películas. Respecto a con quién me gustaría trabajar no me planteo las películas en esos términos. Primero parto de los personajes y luego busco los que considero más adecuados. Comenzar una película por el cartel es un error. A veces para pequeños papeles nos han ofrecido grandes actores y eso puede llevar al público a esperar más de los actores que de la propia película.

Es verdad que he perdido el hábito del descanso, pero es que necesito no hacer nada. Han sido dos años seguidos trabajando, primero con Buried, luego con Emergo y ahora con Luces Rojas. Me encuentro emocionalmente exhausto, físicamente destruido, e intelectualmente hundido. Creo que lo primero que haré será enfermar y luego cuando me recupere trataré de llenar ese hueco que el cine siempre me reclama.

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