La ONU advierte que la cifra sigue siendo inaceptable ya que cada seis segundos muere un niño

El número de hambrientos cae por primera vez en 15 años

Un grupo de niños comiendo con su madre. (Foto: Archivo)
El número de hambrientos en todo 2010 será de 925 millones, lo que supone un 9,6 por ciento menos que en 2009, cuando se superó la barrera de los mil millones, según los datos facilitados ayer por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Sin embargo, esta agencia de Naciones Unidas advierte de que, pese a que se trata de la primera reducción prevista en 15 años, la cifra de personas que sufren hambre sigue siendo muy elevada e 'inaceptable'. Así, el director general de la FAO, Jacques Diouf, señaló que 'cada seis segundos muere un niño por problemas relacionados con la desnutrición', de manera que 'el hambre sigue siendo la mayor tragedia y el mayor escándalo del mundo'. 'Esto es absolutamente inaceptable', añadió.

En un informe presentado en su sede de Roma, la FAO establece que la reducción en la cifra de hambrientos puede atribuirse a una leve mejora del contexto económico en 2010 y a la bajada de los precios alimentarios desde 2008, cuando alcanzaron su pico más alto. La FAO se refiere además a los datos facilitados por el Fondo Monetario Internacional, que señalan que la producción mundial de alimentos se incrementará en un 4,2% en 2010, tras la contracción del 0,6% de 2009, mientras que el Banco Mundial señala un rápido aumento en los fondos privados destinados a los países en desarrollo.


DOS TERCIOS EN SIETE PAÍSES

A pesar de la mejoría registrada, la FAO lamenta que la situación está todavía lejos de poder cumplir la meta fijada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que persigue una reducción de los que pasan hambre a la mitad para 2015. La Organización para la Agricultura y la Alimentación de la ONU destaca también que el 98 por ciento de los hambrientos viven en países en desarrollo, y que dos tercios de ellos se concentran en siete países: Bangladesh, China, Congo, Etiopía, India, Indonesia y Pakistán.

Asimismo, alerta de que la crisis económica ha evidenciado una capacidad de reacción 'insuficiente' de muchos países pobres a los impactos económicos adversos, así como la falta de mecanismos para afrontarlos y para proteger a la población más desfavorecida. Según la FAO, el hecho de que históricamente el número de desnutridas haya aumentando incluso en periodos de gran crecimiento y precios relativamente bajos demuestra que el hambre es un problema estructural. Por lo tanto, 'queda claro que, aunque es esencial, el crecimiento económico no es suficiente para eliminar el hambre en un periodo de tiempo aceptable'.

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