Obituario | Adelaida Rodríguez Casas, mujer, madre y abuela

No puedo parar de preguntarme si ahí arriba te necesitaban más que nosotros.

Las despedidas suelen ser difíciles pero, contigo, resultaba complejo hasta imaginarlo.

Adelaida, que gran ejemplo has sido. Una MUJER con mayúsculas. Con valores, luchadora, valiente, fuerte y admirable.

Nunca olvidaré aquellas tardes en las que poco a poco me hiciste partícipe de la historia de tu vida y tuve la oportunidad de conocerte un poco más, pudiendo dejar plasmado POR SIEMPRE en papel lo que fuiste, eres y serás. Una auténtica mujer, madre y abuela.

Me pregunto si ahí arriba te necesitaban tanto como nosotros.

Tu ausencia ya se siente, era muy previsible.

Eres la luz que iluminaba todos los lugares en los que estabas presente, la pieza clave de la familia. Nos has dejado un legado del que puedes sentirte MUY orgullosa. No hay nada en este mundo que pueda llenar el vacío que dejas en todos nosotros, abuela. Y eso es el resultado de tu humildad, tu gran corazón y tu saber hacer.

Nos has dado verdaderas lecciones de vida. Hemos aprendido mucho de ti a través de tu historia. Y aunque fueron muchas las veces que te lo dije, es un orgullo poder decir que eres mi abuela.

Gracias por cada momento, por cada comida, por cada consejo, por la paciencia, por las enseñanzas y especialmente por el amor incondicional a cada uno de nosotros.

Ojalá llegar a convertirme en una mujer como tú lo has sido.

Gracias abuela, te extraño cada segundo. No te olvido y no puedo parar de preguntarme si ahí arriba te necesitaban tanto como nosotros.

Descansa como te mereces y, por favor, desde ahí sigue cuidándonos como lo has hecho siempre.

Te amo.