La respuesta al reto de llegar a tiempo ante un infarto

Para mejorar la supervivencia del paciente es fundamental el tiempo de reacción

El programa ACTUA (Actuación en Cantabria Urgente en el Infarto) coordina a todos los profesionales y servicios implicados desde el momento en que se detecta un infarto para trasladar al paciente a la unidad de Cardiología de Valdecilla, donde se le realiza la intervención para limpiar las arterias obstruidas en menos de una hora.

De esta forma, Cantabria alcanzó el año pasado la tasa más alta de angioplastias primarias por millón de habitantes de España, después de consolidar un programa que el jefe de Cardiología Intervencionista del hospital santanderino, Javier Zueco, reconoce, en una entrevista con EFE, que "ha costado" implantar.

Antes -explica Zueco- el médico que recibía a un paciente le realizaba un electrocardiograma y si no tenía claro el diagnóstico podía tardar en llamar a Valdecilla para pedir asesoramiento, mientras decidía qué hacer.

Sin embargo, este programa, puesto en marcha hace dos años, ha establecido un protocolo de actuación y ofrece un teléfono, desde el que se coordinan todos los servicios sanitarios implicados, desde atención primaria a cardiólogos, pasando por urgencias y ambulancias.

Además, los cardiólogos del hospital cántabro reciben el electrocardiograma por fax o a través de un mensaje de teléfono móvil, para tomar una decisión inmediata y poner en marcha un equipo, que en 25 minutos está ya preparado y en disposición de que les lleven el paciente, relata Zueco.

A partir de ahí, en 20 ó 30 minutos se le realiza la angioplastia al enfermo, que puede permanecer dos o tres días ingresado o se le da alta el mismo día de la intervención, dependiendo de los casos.

Esta solución permite limpiar la estenosis (estrechamiento de la arteria) y restablecer el flujo sanguíneo con normalidad, para que la zona infartada salve el mayor número de células para mejorar la recuperación.

Para alcanzar esta "efectividad", el cardiólogo subraya que ha sido también necesario formar a los médicos de atención primaria para que reconozcan inmediatamente los síntomas de un infarto de miocardio y se eviten intervalos "tontos".

Esa agilidad en la respuesta resulta fundamental a la hora de recuperar un corazón infartado porque, tal y como señala el cardiólogo José María de la Torre, cuanto más se tarde en intervenir, mayor es el daño que la obstrucción de la arteria causa al corazón.

Para explicarlo asimila sus consecuencias a las de un incendio, en el que "cuanto más tarde actúen los bomberos, menos se salva de la casa".

En el caso del infarto, De la Torre señala que la necrosis avanza como un "tsunami" y advierte de que con un retraso de 24 horas en la angioplastia "es probable que no se pueda salvar nada", porque el órgano estará "devastado".

Sin embargo, si la intervención se realiza en la primera hora "aumenta la probabilidad de salvar todo el corazón" y que el paciente "no note el infarto".

Por ello, recomienda que los ciudadanos atiendan a los síntomas que produce el infarto, aunque lamenta que "por muchas campañas que se hagan" los pacientes no tardan menos de dos horas de media en acudir al médico.

Con este sistema de coordinación se realiza en Cantabria casi una angioplastia diaria por infarto de miocardio agudo, con un índice de supervivencia del 95 por ciento.

Este es el caso de Fernando Gonzalo, un trabajador de Valdecilla que, después de la intervención, asegura que se encuentra recuperado, aunque ha tenido que cambiar algunos de sus hábitos, entre ellos, llevar una vida menos sedentaria.

Esta decisión también la toman la mayoría de los pacientes intervenidos de infarto, aunque, según José María de la Torre, "un tercio" de ellos recae en algunos malos hábitos de vida, como el tabaco, al año de la operación, "cuando se les ha pasado el miedo". 

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