La ONU considera que los recortes podrían poner en peligro la vida de nueve millones de personas

Temor a que la crisis paralice planes de lucha contra el sida

La XVIII Conferencia Internacional del Sida comienza hoy en Viena con el reto de mitigar los efectos de la crisis económica en la lucha contra una epidemia que afecta a más de 33 millones de personas y ha segado ya 25 millones de vidas. Unos 25.000 participantes, entre los que se contarán científicos, activistas, políticos y caras conocidas como el ex presidente Bill Clinton y el filántropo Bill Gates, recordarán al mundo que el sida sigue siendo sinónimo de discriminación y muerte para demasiada gente en el mundo.
En 2005 Naciones Unidas se marcó como objetivo que en 2010 se estuviese lo más cerca posible del acceso universal a los servicios de prevención y tratamiento contra la infección, algo que no se ha conseguido, pese a los enormes avances logrados.

Onusida, la agencia de Naciones Unidas para el sida, calculó el año pasado que para lograr esa meta se necesitarían 25.000 millones de dólares, pero sólo cuentan con 11.300 millones, y las dificultades económicas de muchos países donantes no generan precisamente esperanzas.

'No podemos dejar que la crisis económica nos paralice. Los paquetes de estímulo y los ajustes económicos deben hacerse pensando en las personas. Una madre no debería tener que elegir entre seguir el tratamiento del sida y alimentar a sus hijos', afirmó Michel Sidibé, director de Onusida.


recortes

Desde Onusida y la Fundación Gates se ha apelado a mejorar la eficiencia en la gestión del dinero, mientras que Médicos Sin Fronteras ha alertado que los recortes pueden poner en peligro la vida de nueve millones de enfermos que requieren tratamiento.

'Con la crisis económica mundial amenazando con socavar las inversiones públicas, la conferencia ayudará a mantener el VIH en el frente de la atención pública', recalcaron los organizadores de la conferencia como unos de sus objetivos.

En el denso programa de la reunión se revisarán también los últimos avances médicos contra el sida, una enfermedad mortal en los países pobres si no es tratada, pero considerada como crónica en los ricos debido a la alta esperanza de vida lograda con los antirretrovirales (ARV).

También el diagnóstico y la atención temprana, para evitar nuevas transmisiones y elevar la esperanza de vida de los infectados, sobre todo en los países más pobres, será otro de los aspectos destacados, junto a nuevos modelos simplificados de tratamiento.

Los organizadores recuerdan que los aspectos científicos y sociales deben ir de la mano ya que si los infectados son discriminados y rechazados, tenderán a no realizarse pruebas diagnósticas, causando a su vez más infecciones.

En esa línea incide uno de los documentos más importantes de la reunión, la denominada Declaración de Viena. Este documento denuncia que el actual enfoque represivo en la lucha contra la drogadicción no sólo ha fracasado, sino que está contribuyendo a la expansión del contagio por VIH.

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