Valença apuesta por otro tipo de turismo para superar la crisis

Algo parece estar cambiando al otro lado de la frontera. El PIB del país vecino creció un 1,1% entre abril y junio después de dos años y medio de retroceso. Unos resultados que en Valença aseguraban que 'todavía no los notamos', aunque estos días la ciudad fronteriza bullía de actividad al coincidir las fiestas locales con la llegada masiva de emigrantes.
Para el presidente de los comerciantes, Joaquim Covas, la crisis 'no ha tenido los efectos perversos que esperábamos a principios de año. Es verdad que se calcula que las ventas han bajado un 10%, en general, pero se está apostando por un nuevo tipo de turismo menos centrado en la compra de toallas y ropa barata para apostar en la calidad y los productos más selectos'. El resultado es que 'este verano hay muchísima gente, más que nunca', resaltando además la llegada de los autobuses repletos de cruceristas siempre que llega un trasatlántico a la terminal viguesa. Tampoco parece preocupar mucho el cierre de algunos comercios, ya que según asegura 'han sido muchos menos de los que pensamos. Los buenos se mantienen y en algunos casos hasta están vendiendo más que antes'.

En el bar Esplanada, regentado por una familia de Tui, hay que hacer cola para sellar la lotería, sin embargo a la hora de la comida todavía hay mesas libres en la amplia sala del establecimiento. Rocío González explica sin dejar de atender a la numerosas clientela que busca la fortuna en el sorteo del fin de semana que 'antes estaba todo lleno, pero ahora con la crisis hay muchos turistas que vienen con la fiambrera'. Pese a este bajón achacado al desplome del consumo de los españoles, esta joven tudense asegura con una sonrisa que 'no hay muchas diferencias entre lo que pasa aquí y en España. Nosotros seguiremos apostando por Valença'.

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