Vivir del cómic (pese a la crisis) y, además, convertirlo en arte

La Capilla Sixtina de superhéroes de la tienda Akira
photo_camera La Capilla Sixtina de superhéroes de la tienda Akira

Renovarse o morir. Bajo esa premisa Akira lleva desde que nació en 1993 en proceso de constante "reinvención", una labor que tuvo como recompensa el premio a la mejor tienda de cómics del mundo en 2012, hito al que desde hace dos semanas se suma el hecho de ser la única con una "capilla sixtina" de superhéroes.

350 metros cuadrados de cómics, juegos y libros en el Barrio del Pilar de Madrid tienen desde el pasado 23 de marzo otros 15 metros cuadrados de atractivo especial: una reproducción de la Capilla Sixtina del Vaticano en la que Dios adopta la forma del escritor y guionista Stan Lee, padre, entre otros, de Spider-Man (que ocupa el lugar de Adán), los X-Men, Iron Man, Thor o Hulk.

No hay más que entrar en el local y levantar la vista para contemplar a Stan Lee, sostenido en brazos por Hulk, Capitán América y Thor, rodeados de superhéroes de la Marvel como Tormenta, Iron Man, Lobezno y la Antorcha Humana, y de otros de la factoría DC, como Superman, Linterna Verde, Batman, Wonderwoman o Flash.

Un homenaje al padre de muchos de los superhéroes de la Marvel con el que Jesús Marugán ha querido unir su pasión por los cómics con su afición al arte, sobre todo el del Renacimiento italiano, según ha explicado a Efe.

Jesús Marugán colgó los estudios de Telecomunicaciones y junto con sus padres y su hermano Iván es desde hace dos décadas copropietario de la tienda, además del artista que durante diez meses ha dedicado seis horas diarias -la mayor parte robadas al sueño- para honrar a Stan Lee y a los superhéroes que le han acompañado desde la infancia.

Dibujante aficionado y amante de la pintura desde niño, Jesús (que lleva junto a su acreditación real otra de Sheldon Cooper, el 'freaky' de los cómics protagonista de la serie The Big Bang Theory) hizo realidad una idea que tuvo su hermano Iván hace ya cuatro años: la de hacer coincidir el 500 aniversario de la obra de Miguel Ángel en el Vaticano (de 1512) con una peculiar reproducción en su tienda.

Sin embargo el premio Eisner a la mejor tienda de cómics del mundo en 2012 -según el jurado de la San Diego Comic-Con, una de las convenciones internacionales más importantes- se 'interpuso' en el trabajo de Jesús, que vio retrasada dos años su obra.

Un premio que llegó por el valor que el jurado da a todo aquello que hace diferentes a las tiendas, con iniciativas que las doten de "vida" y cambios constantes e imaginativos para no convertirse un simple local que vende cómics. "El premio se lo debemos a la crisis", asegura Jesús.

Tras dibujar a mano su particular "capilla sixtina", durante miles de horas e incontables capas de photoshop Jesús fue dando color a su obra con un pincel digital -intentando que pareciera óleo, incluso tratando de imitar la técnica del esfumato en algunas zonas-, sin perder detalles como las sombras o arrugas en la piel y los tejidos, e incluso el color de los ojos y el brillo en las pupilas.

Stan Lee fue el desafío más grande, al ser la única persona real de la composición -y fue objeto de mil retoques para garantizar su semejanza-, pero el fuego que rodea a la Antorcha Humana también dio mucho trabajo a Marugán, igual que el traje de Iron Man, con un resultado de efectos metálicos del que se siente especialmente orgulloso.

La 'capilla sixtina' de superhéroes es quizá la más importante, pero es una más de las constantes "reinvenciones" de esta tienda, cuyos propietarios se autogestionan para todo: desde poner la tarima del suelo o las estanterías hasta instalar una pequeña cafetería para los "amigos" (que no clientes).

Akira celebra sesiones de cuentacuentos, tiene una sección para 'nuevos papás', organiza charlas y firmas con autores y exhibe una 'colección' de rarezas, como el primer número de Conan el Bárbaro, de 1982, un número 1 de Los Vengadores firmado por el propio Stan Lee, o un ejemplar de Batman & Robin de 2008 retirado de la venta por un error de impresión que dejaba visibles palabras malsonantes, algo inaceptable para la editorial.

Y ha sido una de las primeras tiendas en vender los cómics como en Estados Unidos, en bolsas de plástico individuales protegidos por una cartulina -lo que requiere dos personas trabajando una mañana entera a la semana para empaquetarlos- para garantizar que no sufren el más mínimo rasguño o arruga, exigencia cada vez más demandada por los freakies de este género, que son "muchos más de los que se cree en España".

Todo ello para sobrevivir a la crisis que se ha llevado por delante a miles de pequeños comercios, y seguir ganando adeptos -y adictos- al cómic.

¿Otra pintura para seguir con la 'reinvención'? "Ya me han sugerido llenar de héroes la Última Cena de Miguel Ángel, pero por ahora no. ¿Cuándo? Dios dirá", bromea.

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