Las mujeres son víctimas de más del 95% de agresiones sexuales con sumisión química

Barra de una discoteca.
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El doctor de la Universidade de Vigo Manuel Isorna es uno de los coordinadores de un manual pionero sobre las agresiones sexuales con sumisión química

Manuel Isorna, doctor en psicología de la UVigo, y Antonio Rial, investigador de la USC, se aliaron para coordinar un manual de 11 capítulos en el que participan 25 autores y se analiza el perfil de las víctimas de abuso sexual con sumisión química. La publicación fue coordinada por el catedrático José Ramón Angustina. El resultado de su trabajo se titula “Sumisión química y uso de sustancias psicoactivas en las agresiones sexuales”.

El estudio nace de la creciente preocupación de la sociedad por el aumento del uso de drogas como método empleado por los agresores sexuales para doblegar la voluntad de las víctimas. Por su parte, Isorna comenzó a adentrarse en este ámbito de estudio cuando conoció un caso real, el de una joven que había sufrido una agresión sexual con sumisión química. Con el tiempo, además, fue fraguando una colaboración cada vez más estrecha con Rial para profundizar en el asunto, llegando incluso a organizar un curso de prevención de sumisión química para la universidad. 

Con el tiempo, su colaboración terminó derivando en un manual multidisciplinar al que se le dio forma de libro y abarca distintos campos del conocimiento. Este primer manual sobre la sumisión química tiene 11 capítulos, y en ellos participaron 25 autores de diferentes ámbitos, de investigadores universitarios a profesionales sanitarios o técnicos de la Guardia Civil. 

Entre las páginas de este libro se constata, a través de diferentes estudios, que son las mujeres quienes más sufren agresiones sexuales por la vía de la sumisión química en una proporción de 20 a 1, que el alcohol casi siempre está presente de alguna u otra forma en estos casos y que las drogas más utilizadas para doblegar la voluntad de las víctimas son las benzodiazepinas, el ‘éxtasis líquido’ (GHB) y la ketamina, entre otros hallazgos. 

La mayoría de casos no se denuncian

Rial califica a las agresiones sexuales con sumisión química como una "emergencia sociosanitaria", y lamentó que siguen sin denunciarse "entre el 80% y e 90% de los casos", así como "el enorme desconocimiento a nivel institucional", porque "hay mucha confusión a la hora de contabilizar los delitos relacionados con la sumisión química”. Todo ello cuando los delitos sexuales en Ourense no dejan de aumentar.

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