Julio Gurriarán Canalejas recibió sepultura en O Barco, acompañado por su familia y una nutrida presencia de sus vecinos. 34 años en la Alcaldía hacen de él uno de los principales artífices de la actual villa barquense.

O Barco despidió a don Julio

Interior del templo.
AJulio Gurriarán Canalejas le sorprendió la muerte pocos días antes de su 93 cumpleaños cuando estaba en su casa de O Barco, rodeado de su familia.
Su fallecimiento provocó un fuerte vacío entre los vecinos del municipio que gobernó como alcalde durante 34 años, repartidos en dos etapas: de 1953 a 1979 y entre 1991 y 1999. Las obras de 'don Julio', como era conocido por los barquenses, perpetuarán su recuerdo durante muchas décadas. Gracias a su dedicación a la villa que le vio nacer, la población puede sanar en el Hospital comarcal Valdeorras y evadirse en el Paseo do Malecón, sin descuidar la formación que ofrece el colegio que lleva su nombre: Julio Gurriarán.

Son muchas las obras que este médico dejó en O Barco, pero los barquenses no fueron los únicos beneficiarios de la vocación pública de Julio Gurriarán. Lo atestiguan los muchos cargos que desarrolló y que le valieron la Encomienda del Mérito Civil. Entre ellos sobresalen el de procurador en Cortes, senador electo y vicepresidente de la Diputación.

Julio Gurriarán falleció siendo presidente de honor del PP barquense. 'Recuerdo con cariño cuando fuimos a llevarle el documento', dijo el presidente local, Moisés Blanco. También el Concello que preside Alfredo García se hizo eco de la consternación vecinal y resaltó que el fallecido 'intentó conseguir lo mejor para O Barco, en cada momento y situación'.

Entre las personalidades del mundo político, cultural y empresarial provincial que dieron su último adiós al alcalde estuvieron el presidente de la Diputación, Manuel Baltar, que visitó el Tanatorio y, en el funeral, José Luis Baltar.

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