La fiesta del embutido tradicional barquense supera los 800 comensales en su novena edición

Del botelo al cielo

Asistentes a la jornada gastronómica de O Barco.
El embutido tradicional de O Barco, el botelo, reunió a más de 800 personas en el polideportivo del Instituto Martaguisela. Fue la novena edición, por lo que la fiesta gastronómica parece consolidada definitivamente. Así lo consideró Aurelio Blanco, quien propuso como lema “Del botelo al cielo”. Sin embargo, desde ayer hay 290 unidades menos, pues fueron degustadas en la comida popular. El pregonero de esta edición fue el barquense Emilio Blanco Rodríguez y se homenajeó a la hostelera Purificación Rodríguez.
“Del botelo al cielo”, reclamó ayer Aurelio Blanco, durante la presentación del acto inaugural de la novena edición de la “Festa do Botelo”. Sólo este embutido es capaz de arrastrar a más de 800 personas hasta el instituto Martaguisela, en cuyo polideportivo fueron degustadas 290 unidades de este producto, que se confecciona rellenando con huesos el estómago del cerdo.

Antes de que las puertas del polideportivo, transmutado en comedor, fuesen abiertas, en el salón de actos del centro se escenificó la lectura del pregón.

De pregonero ejerció el periodista barquense Emilio Blanco Rodríguez, quien aprovechó el actual tiempo pre-electoral para recomendar a diestro y siniestro el embutido, incluidos los líderes políticos. Invitó a Mariano Rajoy a consumirlo en forma de “potitos”, para alimentar a su niña.

Quintana también apareció en el pregón, pues los ancianos de las residencias mejorarían mucho con su consumo, según su autor. La relación de “aludidos” la cerró Emilio Pérez Touriño, a quien Emilio Blanco recomendó usar el plato “nas copiosas ceas e comidas, na súa redecorada mansión” e incluso en sus “luxosos vehículos oficiais”.

Después de visionar una selección de imágenes antiguas de la villa y de la familia de la hostelera homenajeada, proyectada en el salón de actos, Purificación Rodríguez Núñez recibió una placa de recuerdo del Concello. Aunque Aurelio Blanco ya se había referido a la larga vida laboral de esta barquense, el alcalde, Alfredo García, fue más allá. La puso como ejemplo de la importancia que tiene guiarse por la ilusión y respetar unos valores que hoy se están perdiendo.

Al acabar el acto “institucional” comenzó el popular y qué puede ser más del pueblo que la degustación de un buen botelo, entre amigos. Los 800 comensales dieron buena cuenta de 290 ejemplares de un producto, cuyo secreto está en el “adobo”, como indicó José Pérez. De su industria salieron los ejemplares ensalzados en el mediodía de ayer, eso sí, después de pasar por las manos de Obdulia Fidalgo “Lula”, que dirigió al equipo de 25 personas que se ocupó de la cocina.

Te puede interesar