Un equipo de topógrafos realiza mediciones del tramo deteriorado del vial para seguir su evolución

Una capa de asfalto evitará las filtraciones en la carretera de San Vicente

La carretera de San Vicente se hunde en Vilamartín. Todas las semanas, un equipo que trabaja para la Diputación la visita para medir el avance de las fisuras. Mientras el trazado del vial no se modifica para alejarlo del borde de la ladera inferior, las grietas fueron cubiertas con asfalto para evitar las filtraciones, según indicó el Concello. Los vecinos urgen el arreglo de su principal acceso al resto del municipio y recuerdan que los problemas comenzaron hace unos 18 años, cuando una cantera trabajaba en la vaguada.
El hundimiento de la carretera OU-807, principal enlace del pueblo de San Vicente con el resto del municipio de Vilamartín, persiste a pesar de las obras realizadas en los últimos meses por la Diputación. Para frenar el avance de las grietas, éstas fueron cubiertas con una capa de asfalto. Estos trabajos, realizados en los últimos días, buscan “evitar las filtraciones”, según indicó el concejal de Urbanismo vilamartinés, José Pinto.

Estos trabajos son una medida provisional que pretende frenar el aumento del deterioro del vial en tanto no comienza el plan de actuaciones diseñado por la Diputación. Su primera medida será modificar el trazado entre los puntos kilómetros 7,63 y 8,4 de la carretera para desviarlo del borde de la empinada ladera por la que discurre la carretera.

Estos trabajos, que están presupuestados en 150.000 euros, aún están pendientes de que el organismo provincial asuma la titularidad de los terrenos afectados recurriendo a las expropiaciones, según indicó el Concello.

Esta obra no será la definitiva, que prevé el relleno de la vaguada donde trabajaba la cantera de pizarra de Cavima en 1991, año en el que comenzó a ser palpable el deterioro del vial. Estos trabajos están siendo definidos en una memoria, que estima un coste de 4,1 millones de euros y un plazo de ejecución de cuatro años.

Paralelamente a estos trámites y obras, un equipo de topógrafos que trabaja para el Servizo de Vías e Obras de la Diputación comenzó a desplazarse periódicamente para observar la evolución de las deficiencias del vial. Los técnicos viajan todas las semanas hasta el tramo afectado, realizando mediciones de los deslizamientos y del hundimiento de la calzada.

El tráfico de este acceso continúa cerrado y obliga a los vecinos a circular por la estrecha y poblada de curvas carretera de O Mazo. Una vez se realice la variación del trazado, los turismos y los camiones podrán volver a usar la OU-807, estos últimos transportes tras haberlo solicitado Pizarras Gallegas SA.


La lluvia apremió la realización de los trabajos

Las primeras lluvias fueron determinantes a la hora de acordar el sellado de las grietas de la carretera de San Vicente. Así lo estimaba un vecino de esta localidad vilamartinés, Leopoldo Nogueira, quien no encontraba mucho sentido al asfaltado de los tramos defectuosos de una carretera que está cortada a la circulación. En todo caso, el hecho de que los vecinos sigan utilizándola para desplazarse al resto del municipio puede haber pesado en la toma de esta decisión.

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