El edil Martín Gómez sustituyó en la organización a la concejala destituida

Las 'covas' de O Castro abrieron a los visitantes para que degusten sus caldos

Un grupo de personas degustan los caldos ante una bodega.
La villa de O Castro fue escenario del “V Camiño das Covas”, una fiesta organizada por el Concello que, una vez al año, abre las “covas” o bodegas particulares a los aficionados al buen vino. Durante toda la tarde, numerosos barquenses recorrieron a pie los dos kilómetros que hay hasta O Barco, en una “procesión” que les permitió degustar los caldos de los vecinos.
Los vehículos cedieron el protagonismo a los peatones en la avenida de Portugal, considerada el principal acceso a O Barco desde la carretera N-120. Sucedió ayer tarde y los caminantes acudían en grupos a la llamada del buen vino, atraídos por el “V Camiño das Covas do Castro”.

En la plaza de la villa, donde se fijó el inicio de la ruta, los voluntarios de Protección Civil de O Barco repartían un pequeño plano con la ubicación de las “covas” abiertas, además de una taza de barro para que pudieran saborear los caldos ofrecidos. Para hacer más agradable la espera, una charanga interpretaba sones populares al lado del puesto. En esta edición, su música compitió con la del coro de Veigamuiños, cuyas voces afinaban a escasos metros del lugar, preparando las piezas que poco después tendrían que entonar en una boda.

Los últimos acontecimientos de la política municipal también tuvieron repercusión en la fiesta, cuya organización corrió por cuenta de la concejal Begoña González. Su cese en las áreas de Comercio, Turismo e Industria obligó al edil de Xuventude e Deportes Martín Gómez a asumir los últimos preparativos y a ocuparse de que todo se desarrollase de acuerdo al guión previsto, como así sucedió.

Los asistentes a la fiesta no se fueron decepcionados y dieron por buena la inversión de los nueve euros que costó la entrada. Constantemente, los propietarios de las bodegas ofrecían vino a losinvitados, mientras que las mesas colocadas ante la entrada contenían pinchos y tapas de todo tipo, para acompañar los caldos.

Este año, los bodegueros que se sumaron a este peculiar “camiño de peregrinación” fueron 11, propiedad de: Campo, Península, Carteiro, Chucho, Pedro, Pigureiro, Fonsiño (dos), Fonso, Ángel y Lillo.

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