entrevista

Ángel Sánchez: "Las denuncias contra mí están hechas con maldad y falsedad"

El sacerdote barquense Ángel Sánchez Cao.
photo_camera El sacerdote barquense Ángel Sánchez Cao.

El cura Ángel Sánchez permanece apartado del ejercicio sacerdotal debido a la denuncia de "presunto abuso a un menor"

Las "medidas cautelares" que el Obispado de Astorga tomó contra el párroco de Veigamuíños (O Barco), Ángel Sánchez Cao, sorprendieron un buen día de enero a los barquenses. Este cura permanece apartado desde entonces del ejercicio público del ministerio sacerdotal porque sobre él pesa una denuncia por un "presunto abuso a un menor". Hubo otra antes, también aludiendo a "presuntos delitos de abusos a menores cometidos en el año 1980, en el Seminario de La Bañeza", según informó el Obispado.

¿Qué hay de verdad en las denuncias presentadas contra usted?

Que están hechas con mucha maldad y falsedad. Nunca en mi vida me he sentido identificado con ese tipo de conductas.

¿Conoce a los denunciantes? ¿Fueron alumnos suyos? ¿Sabe si estudiaron en el seminario en los años reflejados en las denuncias?

No les pongo cara, ni los conozco, ni me consta que hubieran sido alumnos míos en el seminario.

¿En qué momento del procedimiento se encuentran las denuncias?

En trámite de investigación eclesiástica y pendientes de resolución por la Congregación para la Doctrina de la Fe.

En caso de no conocer a los denunciantes. ¿A qué atribuye las denuncias?

Lo ignoro totalmente. Móviles económicos, protagonismos, envidias,... no lo sé. En la Iglesia también hay méritos y competencias.

¿Qué motivación puede haber detrás de ellas?

Todo apunta a causarme el mayor mal posible. El porqué lo desconozco.

¿Alguno de los denunciantes intentó contactar con usted?

Contactar en sí, no. El tal Emiliano me preparó una encerrona debajo de mi propia casa a los tres meses de denunciarme, con periodistas y fotógrafos; fui muy correcto con él, pero al darme cuenta de sus intenciones, no entré en su juego.

¿Teme estar siendo objeto de una persecución?

No lo temo, lo afirmo. Y es lo que tengo que aclarar a través de la Justicia.

¿Cuál es su situación dentro de la Iglesia? ¿Sigue siendo párroco de Veigamuiños? ¿Puede oficiar misas?

Canónicamente, sigo siendo el párroco, y puedo decir misa, si bien desde el pasado mes de enero he sido apartado cautelarmente del ejercicio público del ministerio, y así permaneceré mientras se resuelvan las dos denuncias que me han puesto. Mientras tanto, se ha nombrado un “administrador parroquial” para la atención de las parroquias.

¿Pensó alguna vez en dejar el sacerdocio?

Tengo fe ciega en la Iglesia, pero, sinceramente, por momentos uno piensa en todo, principalmente por los impedimentos e impotencia con los que se encuentra para poder defender el honor. El secreto pontificio me impide, por el momento, ahondar en la cuestión.

¿Qué opinión le merecen las decisiones que está tomando el Obispado de Astorga en relación con su caso?

Aplica el Derecho Canónico, y como sacerdote tengo que asumirlo.

Astorga llegó a afirmar que la segunda denuncia podría estar “fundada”. ¿Por qué cree que planteó esta posibilidad?

No lo planteó, lo afirmó, cuando la denuncia es infundada, como tendrán ocasión de saber todos ustedes.

¿La muerte del obispo, Juan Antonio Menéndez, podría variar la forma de actuar de Astorga?

El Obispado actuó según la norma canónica y entiendo que la decisión será la que tenga que ser, con el obispo Juan Antonio y sin él.

¿Cree que, fuera de la Iglesia, en la calle, se está siendo justo con usted? ¿Piensa que la opinión pública está siendo justa o bien no está respetando la presunción de inocencia?

La calle, como dice, se hace eco de lo que le llega. Y las acusaciones sobre mi persona tienen un gran efecto mediático, por la gravedad y repercusión de la noticia. Lo justo o injusto, cómo se mide entonces aquí. Mientras más basura se extiende, más daño se hace a las personas sin pruebas que demuestren lo que se dice.

En Veigamuíños, muchos vecinos lo defienden y reclamaron su incorporación. ¿Le transmitieron este apoyo?

Me he sentido muy querido y animado desde el primer momento por todos mis feligreses de la comarca de Valdeorras, y he visto que están sufriendo igual que yo. Les he pedido paciencia hasta poder aclarar cumplidamente las cosas y lo han entendido perfectamente.

¿En qué cambió su vida después de las denuncias?

Uno se siente extraño y vacío en todo su entorno. Ves que de repente eras algo, te apartan como un bicho raro y te conviertes en nada, y además, indefenso. ¡Como para no cambiar la vida de una persona! Y me pregunto, qué he hecho yo para verme así.

Hace algún tiempo, afirmó que se reservaba su derecho a emprender acciones legales. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para defender su inocencia?

Tras dos años de calvario, esperando respuesta de Roma, he iniciado acciones legales; mi abogado inició ya las querellas contra los denunciantes, dentro del respeto a la norma eclesiástica y secreto pontificio al que me debo. 

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