VALDEORRAS

Detenidos dos vecinos de Santoalla por el crimen de Verfondern

photo_camera Uno de los detenidos, Juan Carlos Rodríguez, siendo trasladado en un coche de la Guardia Civil tras prestar declaración ( J. CRUZ)

Agentes de la Guardia Civil encontraron indicios "contundentes" para detener a dos hermanos de la otra familia que reside en la aldea de Petín, con la que el holandés mantuvo fuertes diferencias

Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ourense detuvieron ayer a Julio y Juan Carlos Rodríguez González, de 50 y 47 años de edad, vecinos de la aldea de Santoalla (Petín). Fueron detenidos como presuntos autores de un delito de homicidio, el del tristemente conocido Martin Albert Verfondern, el alemán nacionalizado holandés que desapareció el 19 de enero de 2010 y cuyos restos fueron encontrados el 18 de junio en el paraje de Portela do Eixo (A Veiga).

Desde el primer momento, la investigación siguió de cerca los movimientos de los detenidos. Sin embargo, no consiguió reunir las "pruebas contundentes" que condujeron a la detención de los dos hermanos hasta esta semana, según fuentes próximas a las fuerzas de seguridad. La reconstrucción de las últimas horas de vida del holandés, practicada hace cuatro días por el fiscal de O Barco, Miguel Ruiz -acompañado por el secretario judicial, la Policía Judicial de la Guardia Civil ourensana y agentes especialistas en crímenes llegados desde Madrid-, podría haber sido decisiva.

La investigación visitó Santoalla, las pistas de monte existentes entre el lugar donde aparecieron los restos y la aldea, situada a una distancia de aproximadamente 12 kilómetros. También grabó diferentes lugares de Petín, como la Praza de José Quiroga, y las calles próximas a la ruesa cafetería Cuatro Caminos, que visitó la víctima el mismo día de su desaparición.

La detención fue realizada durante la mañana de ayer, según fuentes consultadas por este diario. Horas después, la mujer de Julio Rodríguez llegaba al cuartel de la Guardia Civil barquense. Acudió nada más ser advertida de que su marido había sido detenido, pero no recibió ninguna explicación, abandonando el lugar desconociendo si su marido se encontraba en el interior del edificio, aunque con el compromiso de que sería informada. "Soy su mujer. Necesito saber algo", protestó. Sí pudo ver el todoterreno de la familia aparcado ante las dependencias policiales.

Instantes después de abandonar las inmediaciones de la casa cuartel barquense, los agentes de la Policía Judicial introducían en un vehículo a uno de los hermanos: Juan Carlos. No salió esposado. En apenas segundos, el coche arrancó y se alejó rápidamente.

La población de la aldea de Santoalla se reduce a las familias de la víctima y de los detenidos. Entre ambas surgieron fuertes diferencias, que finalizaron con dos denuncias por faltas y en la colocación de cámaras de vigilancia en la casa del holandés.

Julio Rodríguez González es el mayor de cuatro hermanos y atiende una explotación de ganado vacuno, ubicada en parte alta de la aldea de Santoalla. A escasos metros de su casa residen sus padres, con quienes está el otro detenido, Juan Carlos, que padece una discapacidad mental de grado medio.

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