La importancia que cultivar el sentido del humor tiene para las relaciones con los demás es el tema que el psicólogo clínico Fidel Delgado expondrá hoy, a las 19,30 horas, en el Teatro Lauro Olmo de O Barco. La charla forma parte del Foro La Región, que organiza con la asociación cultural, educativa y social Vagalume. Se autodenomina 'titirapeuta' por utilizar juegos y símbolos. 'Con humor y amor, una charla llega más adentro', dice.
¿Cómo se cultiva el sentido del humor?
El humor no solo es el buen humor, también hay mal humor. Es un estado de ánimo y, precisamente, si abunda el mal humor hay que estar muy atento para no contaminar las relaciones familiares, personales e incluso no contaminarse a uno mismo estando siempre de mal rollo.
¿Cree que la clase política lo cultiva?
No sé si los políticos prestan atención a estos temas. Parece que ellos mismos y sus asuntos absorben toda su atención. El que está muy pendiente de si mismo se suele interesar menos por las relaciones. Si hubiera alguno que escuchase le diría que la forma que tenemos de pensar, de escuchar y de vivir se la contagiamos a los demás. Eso es mucho más importante que otros tangibles, como el dinero o el puesto, aunque los valoremos mucho. El estado de ánimo es el que cambia la perspectiva de las cosas.
¿Es posible dedicar tiempo al estado de ánimo en una sociedad castigada por las prisas?
Eso es lo que lo hace muy difícil. Cuando hay prisas, ansiedad o estrés, casi todos funcionamos en modo automático. Si algo te irrita, respondes irritablemente y si algo te gusta sonríes. A veces, la respuesta que damos a las cosas debe ser más considerada y no tan automática.
¿En una profesión como la de maestro debe ser muy importante dedicarle tiempo?
Importante no, decisivo. Lo transmiten y lo tienen. Si no lo tienes, no lo puedes transmitir porque el humor es una manera de ánimo; una vibración, que se contagia con el estilo de funcionar y de vivir. Es decisivo que lo tengan porque lo que tienen lo reparten, indudablemente
El humor no solo es el buen humor, también hay mal humor. Es un estado de ánimo y, precisamente, si abunda el mal humor hay que estar muy atento para no contaminar las relaciones familiares, personales e incluso no contaminarse a uno mismo estando siempre de mal rollo.
¿Cree que la clase política lo cultiva?
No sé si los políticos prestan atención a estos temas. Parece que ellos mismos y sus asuntos absorben toda su atención. El que está muy pendiente de si mismo se suele interesar menos por las relaciones. Si hubiera alguno que escuchase le diría que la forma que tenemos de pensar, de escuchar y de vivir se la contagiamos a los demás. Eso es mucho más importante que otros tangibles, como el dinero o el puesto, aunque los valoremos mucho. El estado de ánimo es el que cambia la perspectiva de las cosas.
¿Es posible dedicar tiempo al estado de ánimo en una sociedad castigada por las prisas?
Eso es lo que lo hace muy difícil. Cuando hay prisas, ansiedad o estrés, casi todos funcionamos en modo automático. Si algo te irrita, respondes irritablemente y si algo te gusta sonríes. A veces, la respuesta que damos a las cosas debe ser más considerada y no tan automática.
¿En una profesión como la de maestro debe ser muy importante dedicarle tiempo?
Importante no, decisivo. Lo transmiten y lo tienen. Si no lo tienes, no lo puedes transmitir porque el humor es una manera de ánimo; una vibración, que se contagia con el estilo de funcionar y de vivir. Es decisivo que lo tengan porque lo que tienen lo reparten, indudablemente
