Los investigadores no dan por cerrado el caso, en el que están abiertas varias hipótesis, incluida la muerte violenta.
El equipo de Policía Judicial de A Rúa sigue a la espera del informe que la empresa Cóndor Georradar debe enviarle con el análisis de las termografías tomadas el domingo 16 desde un helicóptero para tratar de localizar el todorreno que conducía Martin Albert Verfonder cuando se dirigía a su casa de Santoalla (Petín) el 19 de enero de 2010.
La empresa, que ofreció su colaboración para rastrear con infrarrojos los parajes petineses, aún no envió el informe que había comprometido en tres días pero, según fuentes del instituto armado consultadas por este diario, los primeros indicios apuntan a la inexistencia de datos que permitan concluir que el vehículo del ciudadano alemán desaparecido está enterrado bajo la capa vegetal.
Aún así, los investigadores no dan por cerrado el caso, en el que están abiertas varias hipótesis de trabajo, incluida la muerte violenta de Verfonder, el accidente fortuito y la desaparición voluntaria. Esta última opción descartada totalmente por la familia en tanto que no hubo movimiento de dinero que permitan deducir que está con vida.
El pasado domingo, la Guardia Civil aceptó la colaboración de Cóndor Georradar para tomar imágenes desde el aire con una cámara térmica. Asimismo, incorporó a las labores de rastreo una zódiac con cámara submarina y sónar de barrido lateral para recorrer el embalse de Santa Baia. En este caso, tampoco hubo hallazgos clarificadores para la investigación sobre el paradero del Chevrolet Blazer a manchas blancas y marrones con el que Verfonder bajó el 19 de enero de 2010 desde Santoalla (Petín) a O Barco para hacer la compra semanal. La última vez que fue visto en Petín, enfilaba el camino de regreso a casa al mediodía.
