El asalto al templo de Veigamuiños coincide con una oleada de hurtos

Intentan robar una iglesia de O Barco con un hacha

Puerta principal de la iglesia de Santo Tirso, en Veigamuiños (O Barco), con la huella de los hachazos. (Foto: J.C.)
Los ladrones se fueron con las manos vacías tras intentar robar la iglesia de Santo Tirso, en Veigamuiños (O Barco), durante la madrugada de ayer. En su intentona emplearon un hacha, una herramienta que no fue suficiente para romper las dos puertas del templo y que abandonaron, junto con una pala, al emprender la huida.
El cura párroco, Ángel Cao, encontró fácilmente la explicación de este fracaso: el grosor de las puertas. Los cinco y tres centímetros de madera de castaño del portón principal y del de la sacristía resultaron infranqueables. Sí dañaron las cerraduras, pero nada más.

La práctica totalidad de las iglesias de la zona fueron visitadas por unos ladrones atraídos por las escasas monedas que guardan los cepillos. Solo hay que retroceder hasta el pasado mes de diciembre para encontrarse con el último robo, que fue cometido en Cedie. En todas las ocasiones, menos una, los amantes de lo ajeno lograron su objetivo. En Veigamuiños no lo consiguieron. 'Entraron en casi todas las iglesias, pero en Veigamuiños nunca', aseguró Ángel Cao.

Los agentes de la Guardia Civil visitaron el lugar y se llevaron las herramientas, pero el sacerdote prefirió no denunciar los hechos, al no faltar nada en la iglesia.


PREOCUPACIÓN VECINAL

El intento de robo en Veigamuiños coincide con una oleada de hurtos en negocios de O Barco que preocupa tanto a sus propietarios como a la Policía Local, cuyos agentes tramitan denuncias de este tipo todos los días. Las bebidas alcohólicas constituyen el botín más frecuente, aunque incluyen otros productos, como las prendas deportivas robadas ayer. El escaso valor de los artículos robados lleva a muchos comerciantes a no denunciar los hechos. Aunque, 'cuando se recupera el botín se fuerza a denunciar', dijo Arturo Rebollar, jefe de la Policía Local. Esta semana, un vecino fue sorprendido robando y los agentes lo detuvieron, quedando libre poco después.

Manuel Miranda, presidente del Centro Comercial Abierto de O Barco, comparte la preocupación. 'Este miércoles entraron en tres tiendas. El delito está en que alguien compra los productos robados', dijo.

Te puede interesar