El grupo de voluntarios reúne cientos de juegos donados a lo largo del año, luego los limpia y arregla para repartirlos entre los niños que acuden a Cáritas Interparroquial de O Barco.

Juguetes de segunda mano para familias sin recursos

Un grupo de madres, con el presidente de Cáritas de O Barco. (Foto: J.C.)
Los Reyes Magos de O Barco son seis. Forman el grupo de voluntarios que en la tarde de ayer repartió varios cientos de juguetes entre los niños de familias sin recursos que acudieron a Cáritas Interparroquial. Fue la segunda entrega, la primera la realizaron el 23 de diciembre, antes de que Papa Noel llegase a los hogares barquenses. Ese día, 88 niños también tuvieron sus regalos gracias a este generoso equipo, que repartió aproximadamente 300 juegos. Muchos de sus padres volvieron ayer, sumándose a quienes no pudieron acudir al primer reparto.
Aurora Carballal impulsó la iniciativa hace seis años. Comenzó recogiendo los juguetes que arreglaba su marido, Gonzalo Carracedo, para repartirlos entre los niños de familias sin recursos. El primer año reunió dos cajas, que entregó a lo largo del año. Ahora, el grupo es de seis personas, después de la incorporación de María Luisa Rego, Eli Miranda, Rafael Tamayo y su mujer María Feijoo. A su vez, los juegos son repartidos durante la Navidad.

Este equipo realiza el reparto en función del valor del juguete, de tal forma que aquellos que se llevan juegos electrónicos, que son los más caros, no pueden retirar más. Los demás, optan a recoger uno de cierto coste y dos baratos, según explicó Aurora Carballal. 'Tenemos que mirar el precio', explicó al argumentar una decisión que pretende evitar que los mejores juegos recaigan en unos pocos. También dijo que la mayoría de los niños coinciden en preferir los aparatos electrónicos, aunque también gustan mucho los coches dirigidos con mando a distancia y las tradicionales muñecas.

Este año hay una tercera fórmula de reparto y es que a Cáritas llegaron cuatro bicicletas. Son válidas para niños de 4 a 6 años, todo un lujo para quienes carecen de medios, por lo que merece un método peculiar para elegir a sus destinatarios: un sorteo. Tendrá lugar el próximo 8 de enero, en un lugar que aún no fue fijado. No es la primera vez que alguien dona una bici, pero nunca antes varias.

Los voluntarios volvieron a realizar el reparto en los bajos de la iglesia de Santa Rita. Ante las puertas de una de sus salas, las madres aguardan a que les llegue el turno. Algunas acuden con críos, quienes recorren con una sonrisa en la cara las mesas donde se amontonan los juguetes. También hay libros y cuentos infantiles. Para su retirada no existe un límite de cantidad, pero son muy pocas las madres y niños que se detienen en esta sección.

El presidente de Cáritas Interparroquial de O Barco, Julio Mourelo, explicó que las familias que acuden a recoger juguetes son de muy distintas nacionalidades. Antes de hacer cola en los bajos del templo, pasan por la oficina de la ONG, donde la trabajadora social, Isabel Álvarez, las da de alta y comprueba el número de hijos.

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