EMPLEO

Las mujeres representan el 25% del empleo en la pizarra

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photo_camera Trabajadoras colocando pizarra en palés, en una empresa de Carballeda de Valdeorras.

Ocupan 600 de los 2.400 puestos de trabajo que ofrecen las 42 empresas gallegas del sector

El sector de la pizarra gallega ocupa a un total de 600 mujeres, según los datos del Clúster de la Pizarra de Galicia. Esta cifra supone un 25% de los 2.400 empleos directos que generan las 42 empresas gallegas que aglutina la actividad considerada el motor de la economía valdeorresa. Las tareas de producción concentran a la gran mayoría de las trabajadoras. En estas labores trabajan 8 de cada 10 empleadas, repartidas entre la selección, embalaje, taladrado, biselado y corte de las placas de la roca.

Las demás áreas de las productoras de pizarra no son ajenas a una presencia femenina que también puede verse en las tareas relacionadas con la administración y direccións. La importante presencia de la mujer en este sector no pasa desapercibida para sus empresarios, pues no encuentran muchos sectores de tradición laboral masculinizada, como es el caso de la minería, que apuesten tan fuerte por la incorporación de la mujer a sus industrias.

El presidente del Clúster de la Pizarra, Víctor Cobo Arias, explicó que la incorporación de la mujer a las plantillas de la industria de la pizarra es una constante desde finales de los años 70, coincidiendo con la entrada en vigor de una legislación que permitió la incorporación al sector. "Antes, estaba prohibido por ley", comentó. Pese a ello, aún hubo que esperar algunos años más, concretamente hasta 1993, para que la normativa laboral permitiese el trabajo de mujeres en las explotaciones subterráneas.

"El porcentaje actual de trabajadoras en las empresas del Clúster es de, aproximadamente, un 25 % del total de las plantillas, pero la tendencia a ir a más y continuar incrementando el número de mujeres en nuestras empresas", dijo Víctor Cobo. También resaltó que la eficiencia y alto rendimiento del trabajo femenino está repercutiendo muy positivamente en la productividad y rentabilidad del sector.

Para el sector de la pizarra, la mujer es uno de los motores del desarrollo económico de las zonas productoras de esta roca, como Valdeorras. Resalta su eficacia en tareas como la selección del producto, pero también la labor que realiza en otras áreas de actividad, bien sea el taladrado, biselado o corte de las placas, así como su embalaje en los palés empleados en el transporte de este material. Tampoco le son ajenas las tareas de alta dirección, al igual que las relativas a la actividad comercial y la gestión, según la información ofrecida por el Clúster.

Una consecuencia de la labor que la plantilla femenina está desarrollando en el sector de la pizarra es la equidad con el hombre. "A igual trabajo que los hombres, igual salario", aseguró Víctor Cobo. Esta política de igualdad está siendo aplicada, tanto a la ocupación como a la remuneración.

En este sentido, el presidente del Clúster apuntó que el convenio colectivo del sector de la pizarra dedica un capítulo a la conciliación de la vida laboral y familiar y, en particular, a aquellos casos en los que los dos progenitores trabajan en el mismo ámbito de actividad, a los que presta una atención especial.

Una actividad que ayuda a fijar la población rural

La incorporación de la mujer al trabajo de la pizarra no solo es importante desde un plano económico, también contribuyó a fijar población en el rural. Las canteras ayudaron al regreso de muchos emigrantes en los años 60, contribuyendo la entrada de trabajadoras en la empresa a conservar muchos servicios. Fue la reforma del sistema educativo de los años 60 la que llevó a muchas familias a mudarse a O Barco. "Los padres prefirieron desplazarse cada día a los trabajos y que no lo hiciesen sus hijos a los institutos", dijo Víctor Cobo.

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