La Xuntanza de pandillas do Barco reunió ayer a 150 pandilleros en el Teatro Lauro Olmo, dentro de las Festas do Cristo. La cita sirvió para recordar la desaparecida sala de fiestas La Casuca, abierta en 1962.
El Teatro Lauro Olmo acogió este sábado, 13 de septiembre, el encuentro de 150 pandilleros de O Barco, dentro de la II Xuntanza de pandillas do Barco. Pertenecen a seis grupos de amigos, uno más que en la edición anterior, que el Concello reúne por segundo año consecutivo, coincidiendo con las Festas do Cristo.
El programa incluyó un homenaje al empresario Domingo Barredo, cuya inquietud empresarial le llevó a abrir la sala de fiestas La Casuca. Ocurrió allá por el año 1962 y el lugar se convirtió en el punto de encuentro de la juventud barquense durante varios lustros. Julio Barredo, hijo del hostelero, recibía una placa de manos del alcalde, Alfredo García.
La Xuntanza tuvo un carácter marcadamente musical, acaparando la atención dos breves recitales. El primero del grupo local Son do Sil, que forman 28 barquenses, un conjunto en el que está representada buena parte de la sociedad barquense, contando entre sus intérpretes con el portavoz de la oposición municipal, el responsable de la Administración Local de la Agencia Tributaria, el director de un centro educativo y varios empresarios y trabajadores. Esta agrupación se incorporará a la relación de pandillas el año próximo. Una vez finalizada su actuación, intervino el carismático grupo pop local de hace dos décadas, Los Iris.
El objetivo de la Xuntanza es lúdico. Busca unir a pandillas de hace 20 años. Aprovechamos el día de la fiesta para traerlos a un sitio común, comentó el edil de Cultura, Eduardo Ojea.
El programa incluyó un homenaje al empresario Domingo Barredo, cuya inquietud empresarial le llevó a abrir la sala de fiestas La Casuca. Ocurrió allá por el año 1962 y el lugar se convirtió en el punto de encuentro de la juventud barquense durante varios lustros. Julio Barredo, hijo del hostelero, recibía una placa de manos del alcalde, Alfredo García.
La Xuntanza tuvo un carácter marcadamente musical, acaparando la atención dos breves recitales. El primero del grupo local Son do Sil, que forman 28 barquenses, un conjunto en el que está representada buena parte de la sociedad barquense, contando entre sus intérpretes con el portavoz de la oposición municipal, el responsable de la Administración Local de la Agencia Tributaria, el director de un centro educativo y varios empresarios y trabajadores. Esta agrupación se incorporará a la relación de pandillas el año próximo. Una vez finalizada su actuación, intervino el carismático grupo pop local de hace dos décadas, Los Iris.
El objetivo de la Xuntanza es lúdico. Busca unir a pandillas de hace 20 años. Aprovechamos el día de la fiesta para traerlos a un sitio común, comentó el edil de Cultura, Eduardo Ojea.
