Una fundación plantea una pasarela para facilitar el acceso al santuario

Dos pares de zapatos para ir As Ermidas

Un grupo se señoras sube la cuesta de acceso al santuario (Foto: L.B.)
Las cuestas empinadas que dan acceso al santuario de As Ermidas (O Bolo) son un inconveniente para visitantes y feligreses mayores, minusválidos, carritos de bebé, mujeres que recurren a la elegancia del tacón... habida cuenta de las dificultades de paso, maniobra y aparcamiento de los vehículos. Una fundación propone a la Xunta una pasarela desde el río.
Los vecinos de As Ermidas (O Bolo) ya están muy acostumbrados a ver la estampa. Muy familiar los fines de semana o en épocas como octubre, el mes por excelencia de las peregrinaciones a ese localidad, que no sobrepasa los 70 vecinos.
Las feligresas y devotas que, llegadas desde otros puntos de la comarca, acuden a la misa dominical u otras celebraciones religiosas con unas zapatillas en el bolso que les permitan un rápido recambio de los zapatos con tacón. Más acordes al vestuario. La pendiente que hay que sortear para acceder al suntuario hace preciso un segundo par de zapatos de sustitución para aminonar el riesgo de caída. Sobre todo para los que no están acostumbrados. Y si el acceso con tacones es una peripecia digna de una “top model”, con muletas, sillas de ruedas o incluso carritos de bebés, la situación aún se complica más.

Proyecto

La Fundación Nuestra Señora das Ermidas, creada para impulsar la recuperación del conjunto arquitectónico BIC (Bien de Interés Cultural) que le da nombre y cuyo interés gravita en torno al santuario, ha propuesto a la Xunta un proyecto que facilite los accesos al recinto. Y no sólo a las personas que usen tacones. En su alternativa radica en posibilitar el tránsito peatonal, mediante una pasarela, sobre todo a discapacitados o mayores hasta el atrio del santuario y ya de paso una segunda intervención para habilitar un espacio de aparcamiento, pensado sobre todo en los autobuses.
La solución propuesta por esta asociación respetaría no sólo la situación actual de la aldea sino también la configuración actual, según asegura el vicepresidente de esa fundación, Luis Maroto. “Partimos de la base de no alterar ni el acceso actual por el camino superior entre las casas ni el espacio reducido para la maniobra de vehículos frente al atrio sin necesidad de demoler casas”, añade.
Según el estudio que ha elaborado, la solución pasa por un pasarela peatonal de unos 125 metros, apoyada sobre un puente en arco que permita cruzar la ladera. Este puente en arco permitiría salvar el vano de más de 70 metros que separan ambas laderas de la montaña y sujetarían los tramos de vigas de celosía que servirán como apoyo de una pasarela sensiblemente horizontal. Así, también quedaría una zona de aparcamiento en la ladera izquierda del río Bibei suficientemente alejada del santuario para no afectar a su visión pero no demasiado lejana para mantener un acceso peatonal fácil y cómodo.

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