Los retrasos que soportan las empresas de producción de pizarra para que la Agencia Tributaria les devuelva el IVA (impuesto sobre el valor añadido) castigan a un sector cuyas exportaciones descendieron a causa de la crisis y del parón invernal de Centroeuropa. Fuentes próximas a la Asociación Galega de Pizarristas se quejaron de que las demoras de Hacienda alcanzan los cinco meses. 'Hay empresas que podrían tener al día el pago de los salarios de los trabajadores. Es un problema muy importante', dijeron.
Estas dilaciones de la devolución del IVA coinciden con los numerosos ERE del sector pizarrero, que, solo en Galicia, perdió unos 1.200 empleos de los 3.500 que tuvo antes del inicio de la crisis (año 2007), según la estimación del secretario comarcal de CC.OO., Luis Alba. Explicó que algún comité de empresa llegó a contactar con la Agencia Tributaria para solicitar más agilidad en los reembolsos. Los trabajadores pretendían dotar a la empresa de la liquidez suficiente y facilitar el pago de las mensualidades pendientes. Pero no fue posible. 'Les dijeron que no podían ingresar por ciertos problemas', explicó Luis Alba.
El IVA es un tributo que recae sobre el consumo y que afecta a la práctica totalidad de las empresas. Para calcularlo, se resta el total del impuesto pagado -bien a proveedores o a suministradores- del facturado a los clientes, ingresando Hacienda la diferencia si la cuantía que se pagó es mayor que la ingresada, en caso contrario es la Agencia la que abona el resto. Esa es la regla general, pero hay excepciones, como la de las exportaciones, que están exentas del impuesto.
El sector de la pizarra es netamente exportador. Soporta el IVA que le facturan pero no lo incluye en sus ventas, por lo que la Agencia Tributaria debe reembolsar a estas empresas el tributo que soportan en su casi totalidad. Aunque Hacienda tiene seis meses para liquidarlo (si tarda más debe abonar intereses) no solía tardar más de dos meses en pagarlo, un plazo que ahora superó con creces. Los empresarios están preocupados y es que una cantera pequeña ingresa una media de 50.000 euros mensuales por el 21% de IVA.
El IVA es un tributo que recae sobre el consumo y que afecta a la práctica totalidad de las empresas. Para calcularlo, se resta el total del impuesto pagado -bien a proveedores o a suministradores- del facturado a los clientes, ingresando Hacienda la diferencia si la cuantía que se pagó es mayor que la ingresada, en caso contrario es la Agencia la que abona el resto. Esa es la regla general, pero hay excepciones, como la de las exportaciones, que están exentas del impuesto.
El sector de la pizarra es netamente exportador. Soporta el IVA que le facturan pero no lo incluye en sus ventas, por lo que la Agencia Tributaria debe reembolsar a estas empresas el tributo que soportan en su casi totalidad. Aunque Hacienda tiene seis meses para liquidarlo (si tarda más debe abonar intereses) no solía tardar más de dos meses en pagarlo, un plazo que ahora superó con creces. Los empresarios están preocupados y es que una cantera pequeña ingresa una media de 50.000 euros mensuales por el 21% de IVA.
