Una avería en la red de saneamiento de O Barco obligó a cortar tres calles en el casco urbano barquense.
La imposibilidad de localizar el punto de la tubería que está dañado obliga a sustituir la parte deteriorada, de aproximadamente 35 metros de largo, por una nueva. El alcalde, Alfredo García Rodríguez, explicó ayer que los técnicos de Aquagest y del Concello aún desconocen por qué las aguas residuales no corren con fluidez en la calle de Ourense. 'Hasta abrir la calle no sabremos cuál es el problema', dijo. Para abrir la zanja fue necesario cortar el tráfico en el tramo final de las calles de Coruña y Ourense, así como toda la Compostela. Además, la Policía Local reordenó provisionalmente la circulación de la rotonda del Paseo do Malecón.
Trabajadores municipales y de la empresa concesionaria comenzaron ayer la apertura de un tramo de 35 metros de largo en la zona. Estas obras tienen por objeto renovar las tuberías de aguas residuales y así resolver definitivamente el problema. No será fácil. La red de saneamiento discurre por debajo de las conducciones de gas, traída, electricidad y fibra óptica. Para no dañar ninguna de ellas, los operarios extremarán las precauciones y realizarán prácticamente a mano los trabajos, lo que los ralentizará considerablemente. 'Como mínimo, durarán cuatro días', explicó Alfredo García.
FILTRACIONES
La decisión de abrir la calle fue tomada después de que la concesionaria intentara infructuosamente localizar la avería y al existir filtraciones a varios sótanos de los edificios de la zona. Ante esta situación, los técnicos acordaron instalar una bomba en el pozo de la red de saneamiento más próximo. Este equipo retirará el agua, evitando que vuelva a discurrir pro el tramo deteriorado y con ello que se repitan las fugas.
Los trabajos comenzaron ayer y la reordenación provisional del tráfico fue realizada por los agentes de la Policía Local, que aumentarán la frecuencia de las visitas a esta zona mientras duren las obras. Para favorecer el tráfico por el Paseo do Malecón, abrieron dos carriles en la rotonda de la fuente, que es de sentido único. Esta medida permite abrir la calle de Barco de Ávila, si bien los conductores deberán extremar las precauciones.
La presencia de las excavadoras y vehículos de obras llamó la atención de un buen número de vecinos de la zona. El alcalde, explicó que sus viviendas no deberían tener problemas derivados de los trabajos, exceptuando los provocados por la reorganización del tráfico.
Trabajadores municipales y de la empresa concesionaria comenzaron ayer la apertura de un tramo de 35 metros de largo en la zona. Estas obras tienen por objeto renovar las tuberías de aguas residuales y así resolver definitivamente el problema. No será fácil. La red de saneamiento discurre por debajo de las conducciones de gas, traída, electricidad y fibra óptica. Para no dañar ninguna de ellas, los operarios extremarán las precauciones y realizarán prácticamente a mano los trabajos, lo que los ralentizará considerablemente. 'Como mínimo, durarán cuatro días', explicó Alfredo García.
FILTRACIONES
La decisión de abrir la calle fue tomada después de que la concesionaria intentara infructuosamente localizar la avería y al existir filtraciones a varios sótanos de los edificios de la zona. Ante esta situación, los técnicos acordaron instalar una bomba en el pozo de la red de saneamiento más próximo. Este equipo retirará el agua, evitando que vuelva a discurrir pro el tramo deteriorado y con ello que se repitan las fugas.
Los trabajos comenzaron ayer y la reordenación provisional del tráfico fue realizada por los agentes de la Policía Local, que aumentarán la frecuencia de las visitas a esta zona mientras duren las obras. Para favorecer el tráfico por el Paseo do Malecón, abrieron dos carriles en la rotonda de la fuente, que es de sentido único. Esta medida permite abrir la calle de Barco de Ávila, si bien los conductores deberán extremar las precauciones.
La presencia de las excavadoras y vehículos de obras llamó la atención de un buen número de vecinos de la zona. El alcalde, explicó que sus viviendas no deberían tener problemas derivados de los trabajos, exceptuando los provocados por la reorganización del tráfico.
