La mujer del holandés desaparecido en Santoalla hace un mes cree que su marido sufrió un percance con el todoterreno en el que viajaba, aunque no descarta que sufriese una agresión

“Tuvo que ser un accidente'

Margo Pool
Un mes después de la desaparición de Martin Verfondern sigue sin haber pistas sobre su paradero. Su mujer cree que sufrió un accidente, aunque no descarta que hubiese sido víctima de una agresión.
La vida de Margo Pool cambió radicalmente hace un mes. A las nueve de la mañana del 19 de enero, su marido, de origen holandés y 52 años, Martin Verfondern, salía de su casa de Santoalla (Petín). Comentó a un invitado que regresaría nada más hacer la compra, pero nunca volvió. 'Es una situación muy rara. A veces pienso que está en Holanda', dijo su mujer.

El paso de los días acabó con las esperanzas que Margo Pool tenía de encontrar con vida a su marido. Cree que sufrió un accidente y que no está lejos de Santoalla y apunta que el todoterreno en el que circulaba, un viejo Chevrolet de color verde, no tenía rueda de repuesto ni aceite. Tampoco echa en falta dinero ni ropa, por lo que entiende que 'tiene que estar cerca'.

La incertidumbre que pesa sobre el paradero de Verfondern cambió la rutina de esta mujer de origen alemán. Ambos se establecieron hace unos diez años en el pueblo petinés de Santoalla, donde sólo vivía una familia. Ahora, Margo Pool aprovecha el tiempo libre que le dejan los trabajos de la huerta y el cuidado de sus 53 cabras para recorrer los montes en busca de su esposo.

La acompañan los jóvenes que desde distintos países se desplazan hasta el pueblo petinés para tomar contacto con la vida natural, dentro de una red de granjas ecológicas, denominada 'World Wide Opportunities on Organic Farmer'. En estos días, son cuatro los jóvenes que aloja en su casa. Llegaron desde Israel, Francia, Inglaterra y Holanda. Margo Pool sólo tiene palabras de agradecimiento para ellos. 'Son muy buenos y muy trabajadores', explica.

La esposa de Martin Verfondern quiere convencerse de que sufrió un accidente, aunque deja una puerta abierta a que alguien pudiese haberle hecho daño. 'Tuvo que ser un accidente, pero hay gente mala en todo el mundo y también en Galicia. Aquí también hay droga', comenta. Sin embargo, afirma no tener miedo.

Un mes después de que la Guardia Civil comenzase a buscar al holandés desaparecido, la mujer agradece sus esfuerzos. 'Hacen todo lo que pueden'.

Nada más conocer la desaparición del holandés de Santoalla la Guardia Civil desplazó a la zona a todos los medios que podían ayudar en la búsqueda. A los agentes de los cuarteles valdeorreses se le sumaron el equipo de la Policía Judicial, los servicios Cinológico, de Helicópteros, de Protección de la Naturaleza y el Grupo de Actividades Subacuáticas. Fueron ayudados por Protección Civil y por muchos vecinos. Todo fue en vano.

La Guardia Civil invita a llamar al 062 a quienes crean haberlo visto.

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