Vilamartín crea un banco de casas para captar habitantes

La población de Vilamartín de Valdeorras comenzó a caer hace muchas décadas, situándose por debajo de los 2.000 habitantes en 2011. Ahora, el Concello pretende recuperar ese número y para lograrlo pretende facilitar el acceso a viviendas de los posibles interesados con la creación de un banco municipal, además de mejorar la oferta de servicios. "Se conseguimos pasar de 2.000 habitantes sería xenial", comenta el alcalde, Enrique Álvarez Barreiro. Situado a mitad de trayecto entre A Rúa y O Barco, en 2020, Vilamartín alcanzaba los 1.812 habitantes, acercándose a los 1.826 que tuvo en 2013 y comenzando en 2018, con 1.746, la recuperación. La población siguió aumentando en 2019 (1.790) y 2020 (1.812). "Está vindo moita xente ás aldeas de Arcos, Córgomo o Portela", comenta el alcalde, Enrique Álvarez. Para facilitar su aterrizaje en el término municipal, el Concello retomó hace días la recogida de teléfonos de contacto de propietarios interesados en alquilar o vender su vivienda, una tarea de la que se ocupa el concejal Juan Guntiñas Roo. "Pretendemos facer unha relacion de xente interesada en vender unha casa vacía ou que quere alquilala", comenta el concejal vilamartinés. Aclara que los planes municipales no son "competir coas inmobiliarias senón que se trata de que, cando un veciño pregunte, poder remitilo ao propietario e que entre os dous cheguen a un acordo. É unha maneira de atraer xente". La iniciativa fue puesta en marcha hace escasas fechas y el número de casas se aproxima a la media docena, una cifra que el concejal confía en que aumente. El propio Juan Guntiñas se pone como ejemplo de nuevo vecino de este Concello: "Eu estaba censado en O Barco e viñen a Vilamartín", dijo. En todo caso, no son muchas las personas que consultan con las oficinas municipales la oferta de casas en venta o en alquiler. "Non chama xente ao Concello. A xente móvese, ve os letreiros", comenta el alcalde, Enrique Álvarez. "Temos servicios, ahora tamén fibra óptica", apunta Juan Guntiñas, aludiendo a la búsqueda de nuevos vecinos. En este capítulo entra la mejora de los parques infantiles en todos los núcleos, faltando por construir los de San Miguel y Arcos, completar el de Arnado y desarrollar el proyecto del área recreativa de O Bañadoiro. Propuestas de otros cuatro concellos El proyecto de Vilamartín de Valdeorras no es el único que persigue frenar la caída de la población ofreciendo facilidades para acceder a la vivienda. En A Veiga, el equipo de gobierno que dirige Juan Anta Rodríguez acordó la concesión de ayudas para la rehabilitación de casas para ofrecerlas en alquiler, siempre que se reúnan ciertos requisitos. En este momento, el Concello ya cuenta con 17 deshabitadas, en tanto que los propietarios recuperan otras tres. También apuestan por la oferta de viviendas en buenas condiciones para la captación de habitantes otros concellos de la comarca de Valdeorras. Este es el caso de O Bolo, Rubiá o Larouco. En todo caso, el método seguido por sus gobernantes es distinto y contempla la rehabilitación de antiguas viviendas de titularidad pública para su alquiler. En el caso de O Bolo, el alcalde, Manuel Corzo Macías, buscó la rehabilitación de la antigua casa cuartel para ofrecer cuatro viviendas a familias que puedan estar interesadas por asentarse en el municipio. Los otros dos concellos recurrieron a las casas que hace décadas ocuparon los maestros para ofrecerlas. Así, Larouco espera por la conexión a la red eléctrica para ofrecer dos mientras que Rubiá arregla seis.