La cuna del imperio

José Manuel Baltar y María Caldelas.
Teniendo Roma como destino, el éxito del viaje está prácticamente asegurado. Los grandes monumentos testigos de la historia, sus plazas, sus calles, su gastronomía y también sus gentes, lo hacen posible.
Cincuenta euros ida y vuelta a la capital de Italia. El desplazamiento de Compostela a Ciampino, y el retorno, por un interesante precio que incrementa el atractivo del viaje. María y yo estuvimos cuatro días en Roma disfrutando la grandeza de una ciudad clave en la historia del mundo, cuna de civilizaciones.

Decir en primer lugar que es una urbe muy cómoda para andar, sin grandes distancias, adecuada para vivirla. Un auténtico tratado de historia, arquitectura y arte, donde convivimos con altas temperaturas y una gran afluencia de turistas. En menos de tres horas saltas de Galicia al corazón de Italia y te sientes un romano más.

No viene mal ambientar la previa del viaje revisitando clásicos del cine como Vacaciones en Roma de Wyler, con Gregory Peck y Audrey Hepburn, o La dolce vita de Fellini con Anita Ekberg y Mastroianni. Servirá para recordar escenas cuando te adentras en lugares obligados como Vía Véneto o La Bocca de la Veritá. Evidentemente debes ir preparado para caminar porque el recorrido por el Foro hasta el Coliseo, con subida incluida, precisa un moderado esfuerzo físico. Impresionantes vistas y cámara de fotos que encuentra un lugar magnífico para su utilización.

Cuatrocientas iglesias inundan nuestros pasos, con especial atención a la de Santa María in Trastevere, al otro lado del Tíber como indica el topónimo. Maravilloso el Panteón, donde está enterrado el genio Rafael, muerto a los 37 años. Imprescindible gira por la Ciudad del Vaticano, con la Basílica de San Pedro y los Museos con la indescriptible Capilla Sixtina. Un paseo por la Vía de la Conziliacione nos lleva al Castillo de Santangelo, Piazza Navona, Piazza del Popolo...

Momentos para degustar el café de los cafés en Sant Eustaquio, donde Kissinger y Gor bachov hicieron lo propio. Probar alguna de las cien variedades de la Gellatería de la Palma es otro ejercicio inexcusable, así como pasear por calles lujosamente prohibitivas como la Vía del Condotti . Todo combinado con las ventajas que otorgan las nuevas tecnologías y que permiten, al compartir Italia y España el mismo horario, realizar gestiones telefónicas o consultar las ediciones digitales de los periódicos atentos a las noticias locales, por supuesto en www.laregion.net.

Coincidió además la celebración esos días de la cumbre de líderes mundiales del G-8, cuestión que permitió que viéramos a Michelle Obama o que tuviéramos la ocasión de conversar con el primer ministro australiano Kevin Rudd. En definitiva un inolvidable viaje en el que, por supuesto, arrojamos las reglamentarias tres monedas en la Fontana di Trevi. Volveremos. Ciao!

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