Salud

La fisioterapia, no solo para adultos

En los últimos años ha ganado popularidad esta especialización dirigida a menores para corregir diversos trastornos

Es frecuente entre los adultos recurrir a fisioterapia para tratar distintas dolencias, pero no siempre se piensa en estos profesionales para solucionar problemas infantiles. En los últimos años ha ganado popularidad esta especialización dirigida a menores que se ocupa de corregir diversos trastornos. 

Se puede tratar a un bebé desde la primera semana después del nacimiento. De hecho, cuanto antes se beneficie de fisioterapia infantil más se le podrá ayudar a corregir posibles problemas que condicionen su desarrollo. Hay que tener en cuenta que cuanto menor es la edad del/de la niñ@, mayor es su plasticidad cerebral y musculoesquelética, y más rápida será la evolución. 

Entre los problemas más frecuentes que se pueden tratar con fisioterapia infantil están los digestivos, como el estreñimiento, el reflujo o los cólicos, trastornos que ocurren debido a la inmadurez del sistema digestivo, y que suelen provocar llantos continuos y privación del descanso tanto en los bebés como en los padres. 

También son habituales en consulta los trastornos en el desarrollo, que pueden deberse a infecciones durante el parto, traumatismos, complicaciones al nacer o partos prematuros. Es el caso de niños con espina bífida, agenesias, parálisis cerebral, escoliosis del lactante o hiperlordosis, entre otros. 

Algunas de estas condiciones suelen identificarse cuando el bebé no responde correctamente a las etapas de desarrollo -no es capaz de sentarse solo, darse la vuelta o gatear-, y el tratamiento se centra en restablecer las funciones dañadas y guiar al/a la niñ@ en su crecimiento con la estimulación psicomotriz y neuromotriz necesaria. 

Asimismo, el sedentarismo creciente está contribuyendo a que día a día veamos en consulta más niñ@s y adolescentes que tienen un déficit de movilidad y una escasa flexibilidad, lo que produce trastornos físicos y que en un futuro derivará en múltiples problemas físicos como escoliosis, déficit de coordinación... 

Un tercer escenario son los problemas respiratorios, como bronquitis, fibrosis quística o asma, que son muy comunes en invierno. 

Entre los beneficios directos en los y las menores, la fisioterapia infantil puede ayudar, por medio de movilizaciones o masajes, a que el bebé se sienta más tranquilo y relajado, lo que influye positivamente en el equilibrio de su sistema inmune. Por su parte, en caso de dificultades respiratorias, los tratamientos de fisioterapia pueden ayudar a reducir la mucosidad y la tos, repercutiendo positivamente en la calidad de vida del/de la niñ@, evitando vómitos y favoreciendo su descanso. 

Mientras que, en el caso de trastornos en el desarrollo, los ejercicios de movilidad realizados en consulta mejoran el sistema motor del menor, ayudándole a la construcción de su esquema corporal y mejorando la calidad de sus movimientos y la adquisición de nuevas posturas. 

Así, ¿cómo podría definirse la fisioterapia infantil y cuál es su importancia? La fisioterapia infantil es una disciplina sanitara que mediante técnicas de valoración puede evaluar, determinar, e incluso pronosticar la evolución integral de un niño con alguna alteración tanto a nivel orgánica (respiratoria, neurológica, osteomuscular, postural, etc.) como a nivel funcional (no ser capaz de coger bien el lápiz, no poder saltar o correr a la velocidad adecuada, no conseguir ponerse de pie sin ayuda, no poder vestirse solo, etc.). 

¿Quiénes son los destinatarios de actuación de la fisioterapia infantil? 

Los primeros años de vida del niño son fundamentales por muchos aspectos, ya que, en esta etapa, la mayoría de las funciones están en pleno desarrollo. Por ello, es de vital importancia atender cualquier problema o trastorno a tiempo. 

La población infantil (0-18 años) que puede beneficiarse de la atención ofrecida por un fisioterapeuta es muy amplia y engloba: 

• Niños/as que necesitan tratamiento y seguimiento para paliar, minimizar y prevenir las alteraciones posturales o del desarrollo motor provocadas por enfermedades o afecciones del nacimiento. 

• Niños/as que necesitan seguimiento para prevenir alteraciones de su desarrollo. 

• Niños/as sanos a los que se les puede ofrecer intervenciones educativas dirigidas a: 

Madres y padres: durante el embarazo o en la primera infancia a través de la información sobre desarrollo normal del niño, que les ayude a entenderlo y favorecerlo. Niños/as: ofreciéndoles información dirigida a prevenir alteraciones posturales, al cuidado de su cuerpo, la práctica de actividad física...

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